
Col. 3:12-14
En este capítulo de la carta a los Colosenses Pablo nos habla sobre lo que El Señor hizo por nosotros: nos trasladó a vida juntamente con El y nos advierte que ningún ritual externo o mandamiento de hombre puede ayudarnos contra los apetitos de la carne; pero dice lo que sí es de valor para la nueva vida en Cristo y nuestro llamado como creyentes. Nos recuerda que hemos nacido de nuevo y que nuestro viejo hombre no debe asomarse y manchar nuestra nueva manera de vivir.
Lo bueno es que no tenemos que preocuparnos pensando en cómo vamos a vestirnos de ahora en adelante ya que la Palabra nos equipa para poder hacerlo.
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” Colosenses 3:12-14
Me gustaría que pudiéramos ir definiendo una por una las cualidades que menciona Pablo aquí, esperando que esto nos ayude a entender de manera más clara a que se refiere en cada caso y así poder vestirnos más fácilmente con ellas.
En primer lugar nos pide vestirnos como:
Escogidos de Dios:
El diccionario define la palabra ¨escogidos¨ cómo selecto, de lo mejor entre los de su clase, y aunque ciertamente no éramos lo mejor de nuestra clase, así nos trató al escogernos por gracia; como si lo fuéramos y en esto nos quiere convertir, por lo que debemos ser ejemplo para las personas del mundo en todo. Debemos comportarnos a la altura de lo que es lo mejor y como quienes marcan el estándar de corrección y perfección en este mundo caído.
“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Mateo 5:46-48
Esto no quiere decir que ya somos perfectos, pero sí que debemos querer serlo y esforzarnos en esto para así cada vez ser más parecidas a nuestro Padre Celestial.
Santos:
Definición de diccionario: Que está dedicado o consagrado a Dios.
Ya habiendo sido escogidos sin merecerlo, ahora debemos dedicarnos al Señor separándonos del mundo, haciendo sólo lo que a Él le agrada. No podemos vivir para nosotros mismos o siguiendo la corriente de este mundo, debemos vivir en servicio y adoración ante nuestro Señor.
Este llamado lo vemos desde el pueblo de Israel siendo separados de Egipto hasta ver a Pablo siempre exhortándonos a la santidad en cada una de sus cartas.
“Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.” Levítico 11:45
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” Efesios 2:19
“a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” Romanos 1:7
Amados:
No olvidemos hermanas que somos amadas por El Señor, por lo cual estamos delante de El todo el tiempo, siendo guiadas, y guardadas en Él. No podemos actuar como huérfanas, en temor, preocupación o ansiedades ya que tenemos un Padre que vela por nosotras y podemos estar seguras de que todo lo que nos ocurra es por nuestro bien.
El enemigo de nuestras almas a veces usa nuestras fallas para hacernos dudar del amor del Señor hacia nosotras como si su amor se debiera a nuestras virtudes, cuando en realidad Él nos ama por gracia y porque nos ama nos capacita para que le honremos. Así que es en este amor que debemos aferrarnos para poder perseguir la meta con descanso y gozo en Él.
Entrañable misericordia:
Entrañable: Que es profundo y afectuoso.
Misericordia: Cualidad de Dios, en cuanto ser perfecto, por la cual perdona los pecados de las personas.
Ahora que somos hijas de Dios, y sabemos que somos amadas y capacitadas por El, nuestra misericordia para con los demás debe ser directamente proporcional a la misericordia que Él nos mostró al escogernos y perdonarnos nuestros pecados.
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Mateo 6:12
Mientras estemos en este mundo estaremos pecando contra Dios y por Su misericordia no pagaremos el castigo que merecemos. Esto es lo que debemos recordar todos los días al tratar con los demás.
Me enternecí al observar la definición de la palabra “entrañable”. No estamos hablando de una misericordia por deber simplemente, es movida por el amor y la compasión hacia quien peca.
“más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” Romanos 5:20
Benignidad:
“La benignidad en la biblia se refiere a un comportamiento ejemplar de todo cristiano, proclamando gracia, ternura y compasión.”
Es la misma gracia, ternura y compasión que nos ha mostrado El Padre y por eso debemos mostrarla hacia los demás.
Humildad:
Definición de diccionario:
Es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. La humildad es un valor opuesto a la soberbia.
Si tuviéramos una perspectiva real de nuestras limitaciones y debilidades, el orgullo no tendría espacio en nuestras vidas. Esta debe ser parte de nuestra lista de peticiones al orar: que El Señor nos muestre nuestros defectos para que podamos valorar primeramente Su obra por nosotros y luego poder servir a los demás como lo hizo El con nosotras.
Mansedumbre:
Definición de diccionario:
Se refiere a la docilidad, suavidad o benignidad en el carácter o en el trato. Implica una gran humildad y autocontrol, así como una gran obediencia y una rígida observancia a las normas.
Esto es retador, pero debe ser una gran señal de nuestro nuevo nacimiento puesto que El mismo Señor dijo que debemos aprenderlo de Él. Para esto debemos ser gobernadas por el Espíritu y morir a nosotras mismas cada día y si estamos llenas de Su amor no será difícil.
“aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” Mateo 11:29
Paciencia:
Definición de diccionario:
Una virtud consistente en soportar con resignación infortunios, trabajos, ofensas, etcétera, sin lamentarse.
¡Con sólo leer la definición es como si tuviera un cortocircuito cerebra! ¿Como podemos experimentar todas estas cosas y soportarlas sin lamentarnos? Bueno El Señor dice que lo que es imposible para los hombres, es posible para El. Recordemos que, al recibir esta nueva vida, también recibimos la promesa de que El estará con nosotros siempre por lo que podemos acudir a Él en busca de ayuda.
Soportándose unos a otros:
Definición de diccionario:
Soportar: Tener encima un peso o algo que pesa, de manera que no se caiga o se tambalee. Recibir algo que ejerce fuerza o presión, sin mover, ni sufrir daño o alteración.
Como vemos en la definición, no es simplemente tolerar las faltas o cargas de los demás, es hacerlo sin que nos haga mover o sufrir alguna alteración en nuestra manera de comportarnos o incluso emocionalmente. Es hacerlo sin quejarse o amargarse, simplemente hacerlo con amor y en oración puede hacer la gran diferencia.
Perdonándose unos a otros:
Definición de diccionario:
Perdonar: Librar a una persona de un castigo o una obligación.
Amor (vínculo Perfecto)
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.” 1 Corintios 13
Estas características no pueden llevarse a cabo sin practicarlas como un todo porque se necesitan la una a la otra para poder ir avanzando.
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” Miqueas 6:8
Hermanas parece algo imposible de lograr, y lo es para nosotras, pero estamos convencidas de que quien comenzó en nosotros la buena obra la perfeccionará. No desmayemos y prosigamos a la meta.
“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” Filipenses 1:6