La vida en Cristo

Colosenses 3:1-11

Hoy continuamos en el capítulo 3 de nuestro estudio de la carta a los Colosenses, donde Pablo les recuerda algunos aspectos de la vida en Cristo.

 1 Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

En sentido espiritual, los cristianos pasamos de muerte a vida, antes de que Cristo viniera a nuestro encuentro, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, como nos dice Efesios 2:1, por la obra de Cristo, fuimos resucitados juntamente con Él.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús. Efesios 2: 4-6 (Negritas añadidas).

Por tanto, esta vida nueva tiene sus implicaciones, haber sido resucitados con Cristo, significa que ya no somos esclavos al pecado ni a este mundo, así que, el buscar las cosas de arriba se convierte en un estado natural del creyente.

2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria.

Ahora que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, debemos poner la vista en la eternidad. Nuestra conduta, anhelos, afectos, pensamientos y emociones deben ser evidencia de esta nueva vida, y de manera intencional desear el cielo, que Cristo sea nuestro norte, nuestra brújula, llenarnos de Él, de Su Palabra y Su evangelio, esta es la manera en la que podremos vivir conforme al Espíritu.

Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. Romanos 8:5

Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto. Romanos 12:2

Formas prácticas de reflejar nuestra nueva vida

Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6 Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.

Considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos… Nuestra nueva identidad en Cristo es completamente contraria a lo que era cuando estábamos alejadas de Él, cuando éramos sus enemigas; ahora, de manera consciente, debemos sacar de raíz todo aquello que no sea de acuerdo con la voluntad de Dios para nuestras vidas, no se trata solo de suprimirlo y quedarnos con el deseo de hacerlo, sino sacarlo por completo, hacerlo morir.  

El apóstol continúa con una lista inicial de 5 pecados:

  • Fornicación: También traducida como inmoralidad sexual, y se refiere a todo acto sexual fuera del matrimonio.
  • Impureza: No solo hace alusión al acto sexual, incluye también los pensamientos pecaminosos relacionados a la inmoralidad.
  • Pasiones y malos deseos: Términos similares que se refieren a la lujuria sexual. “Pasiones” aspecto físico y “malos deseos” aspecto mental. J. MacArthur
  • Avaricia: Que es también idolatría, adoración a dioses falsos en cualquiera de sus formas y es pecado, porque desplaza a Dios del trono de nuestro corazón.  

8 Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios.

Estos versículos impactan la manera en la que nos relacionamos con los demás, cuando Pablo dice “abandonen” está diciendo: quítense esa ropa vieja y sucia, del acto de desvestirse. En nuestra nueva vida, debemos ser intencionales en no dejarnos dominar por nuestras emociones, el enojo conduce a la ira y la ira se vuelve raíz de amargura que nos consume. La malicia, la calumnia, el lenguaje obsceno y la mentira son daños que causamos a otros por lo que decimos. Como cristianas que ahora tenemos el poder del Espíritu Santo, estamos llamadas a refrenar nuestra lengua como vemos en el libro de Santiago y hablar siempre con la verdad.

No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan. Efesios 4:29

El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina. Proverbios 13:3

Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo. Proverbios 25:11

Por tanto, dejando a un lado la falsedad, hablad verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. Efesios 4:25

Nos desvestimos, para ponernos una nueva vestimenta, una limpia…

10 y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su creador. 11 En esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos.

En la medida en que vayamos creciendo en el conocimiento de Cristo el Señor, nuestro carácter irá siendo moldeado a Su imagen por medio del proceso de santificación.

Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:29

La conducta que reflejamos en esta nueva vida, nuestra manera de comportarnos, de hablar y relacionarnos con los demás, pone de manifiesto que verdaderamente hemos resucitado con Cristo, comprendemos que todos somos iguales, hechos a semejanza de Dios y por lo tanto, ya no hay barrera social que nos separe.

El Señor Dios nos ayude a ser fieles portadores de Su imagen en esta tierra, a buscar con denuedo las cosas de arriba, a vivir conforme a su voluntad, reflejando una conducta digna de Él.

Oro que esta frase de Jonathan Edwards se vuelva real en mi vida y en la tuya.

“Señor, sella la eternidad en mis ojos”.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.