Una petición muy importante

Colosenses 1:9-10

Es increíble para mí el ver como un pasaje, que a veces pasamos por alto en nuestro estudio o lectura de la Palabra, tiene tanto para darnos. Este pasaje es parte de la oración hecha por el Apóstol Pablo por los hermanos de Colosas a quienes dirigió esta carta durante su ministerio. Antes de comenzar a escribir sobre este tema, me causó curiosidad y quise ver en sus epístolas (un total de 13), todo lo concerniente a las oraciones que él hizo. Si está en la Biblia, entonces fue inspirada por el Espíritu Santo y Él quiere enseñárnosla, pues esta oración, así como las demás, es un modelo a seguir.

Definitivamente orar es un regalo de Dios, es importante, es la manera que tenemos para acercarnos, deleitarnos, conocerle como nuestro Padre y Señor. Es neurálgico para la vida cristiana y el crecimiento en Él. Pablo entendía que no podía realizar su ministerio sin depender de nuestro Señor. Nosotras no tenemos el llamado de este hermano, pero al igual que él, toda nuestra vida, experiencias, actividades y situaciones, para hacerla a la manera de Cristo, dependemos de Su intervención (Hebreos 4:16). Es la manera que tenemos de matar nuestro orgullo al depender de Dios y no en nosotras mismas.

Quizás nos veamos retadas por el tiempo, sin embargo, en el contexto que nos encontremos podemos buscar maneras de hacer una disciplina, no necesariamente en cantidad de tiempo. Lo importante es hacerlo, no importa donde ni cuando.

Esta oración y las demás del apóstol reflejaban sus intereses, lo que era importante para él, sus preocupaciones, sus anhelos, lo que le producía gozo. Son también un reflejo de su amor por el evangelio, por los hermanos, etc. Si puedes, toma tiempo y en tu biblia busca cada una de esas oraciones y saca toda la enseñanza que puedas obtener. Yo también quisiera que a partir de esta enseñanza mi vida de oración cambie.

Una petición importante.

Ahora bien, el tema principal de estos textos no es enseñarnos sobre la oración y su importancia, sino el contenido o la petición que hizo el apóstol a Dios por estos hermanos. Cuando Pablo les escribió, su interés era enseñarles sobre Cristo, es decir, que ellos puedan entender que solo en Él todo creyente está completo y que no se necesita nada o nadie más para vivir la vida que a Dios le agrada.

Me pongo a pensar que Pablo, por la situación que estaba atravesando (recordemos que él estaba preso en Roma), pudo decir que estaba orando para ser liberado de la cárcel. Sin embargo, no lo hizo ¡Qué aprendizaje! Hoy en día vemos como el evangelio ha tomado un rumbo donde el egocentrismo se hace tan evidente. Podemos oír en muchas congregaciones, en algunos lideres y grupos de creyentes, como las oraciones se tornan hacia la resolución de problemas personales. Si un creyente está atravesando por una situación difícil, lo que quiere es salir de ella urgentemente, sin antes ver cuál es el propósito de Dios. No es malo orar por situaciones de prueba que estemos pasando, pero nosotros no somos el enfoque, sino Dios y Sus propósitos. A Él es a quien debemos de mirar y apuntar en cualquier situación. Él quiere santificarnos y proclamar su evangelio y nosotros somos instrumentos en sus manos.

Orar para ser liberado de la cárcel no era la principal preocupación de Pablo, Dios lo estaba usando desde la cárcel. Su mayor preocupación es que los hermanos, a quienes él nunca había visto (es bueno aclarar) no fueran engañados por falsos maestros que proclamaban que Cristo no era suficiente, sino que era necesario un conocimiento superior o especial para alcanzar la salvación.  

Hoy, dos mil años después, nos vemos luchando con este mismo tipo de enseñanzas que ha penetrado en el pueblo de Dios. Creyentes que están buscando cosas que los complementen, como si faltara algo. Lo que hizo Cristo y la cruz no son suficientes para cambiarnos y equiparnos para un estilo de vida cristiano. Están detrás de experiencias místicas, visiones, milagros, señales o un nivel espiritual más elevado. Por otro lado también, muchos van detrás de una perfección moral, sumando reglamentos estrictos para alcanzar la salvación, han añadido al evangelio aditivos espirituales dañinos (Colosenses 2:8-23).

Mis hermanas, Cristo es TODO (Colosenses 1: 13-20), Él es suficiente para todas nuestras necesidades espirituales y humanas. Todo lo que tú y yo necesitamos lo encontramos en Él. Por eso el Espíritu Santo inspiró a Pablo para que los hermanos de Colosas, tú y yo entendamos que quitar o añadir algo más a Cristo, se convertirá en un problema que afectará nuestra alma y nuestra relación con el Señor.

Llenas de Su conocimiento.

Nosotras como creyentes necesitamos aprender a utilizar todos los recursos que tenemos a la disposición en Cristo. Por eso este pasaje quise que lo veamos de la siguiente manera:

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Colosenses 1:9. 

Primero hay un “que”, es decir, Pablo ora que seamos llenas del conocimiento de Cristo. Los materiales de estudios bíblicos enseñan que esta palabra llenos, en su original significa que estemos repletas, rebosando del conocimiento (discernimiento) para entender la voluntad de Dios, Sus planes para nosotras como Sus hijas. Dios ha establecido principios y leyes los cuales debemos conocer claramente.  Para eso vamos a usar la sabiduría y la inteligencia, no humana sino espiritual.

Aquí no estamos hablando de conocimiento intelectual, de un alto índice académico, conocimientos en ciencias, tener una amplia hoja de vida, etc. Todo eso es importante siempre y cuando sean aprobados por Dios, es decir que son ejercidos bajo los principios morales dados en Su palabra. Pero cuando estos se vuelven un afán, nos llevan a envanecernos y están infectados de filosofías mundanas, la biblia le llama sabiduría terrenal y diabólica (Santiago 3:14-15), le llama vano. Y con toda razón, por ejemplo, estamos en una generación que a mayor conocimiento (tecnológico, científico, etc.) estamos experimentado una degradación moral bastante rápida o acelerada en igual proporción.  

De lo que Pablo está hablando es de una sabiduría e inteligencia que produzca cambios (Proverbios 2:6-7). Dios nos da sensatez para aplicarla a la vida.

 Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:10.

Luego hay un “para que”: que andemos como es digno del Evangelio. No es la primera vez que el Señor a través de Pablo, menciona que debemos andar de esta manera, puedes leer Efesios 4:1 y Filipenses 1:27. Es el evangelio sano, puro y verdadero lo que nos permitirá lograr esto y no las falsas doctrinas o añadiduras, que producen frutos perecederos. Siempre encontraras en las Escrituras esa conexión entre la doctrina y la conducta del creyente. Debemos estar llenas de las verdades de Dios reveladas en Su palabra para caminar en base a este conocimiento. Cuando aprendo la voluntad de Dios, cuando la conozco, en respuesta a dicho conocimiento de sus mandatos y leyes, es que podré conducirme de una manera que sea digna de Cristo.

 Veámoslo de manera práctica: si eres esposa, madre, hija, empleada, soltera, amiga, servidora, ciudadana, etc. para ejercer estos roles de una manera que exalten a Dios, debes buscar en la palabra cada principio para cada una de estas facetas, roles o etapas de la vida.  

En la medida que camino de esta manera, lograremos agradar a Dios, llevaremos fruto y creceremos en el conocimiento de Dios.  Todo esto lo hacemos porque le amamos (1ra Tesalonicenses 4:1 y Hebreos 13:21) y le glorifica (Juan 15:8). Debemos permanecer pegadas de la Vid y rendir toda nuestra voluntad a Su Señorío para producir las virtudes que son como las de Cristo. Debemos también buscar entender Su carácter, Su naturaleza y quien es logrando asi un crecimiento en nuestra relación con Él.

En conclusión,

  1. Queda demostrado en esta carta, que nosotros los creyentes estamos amparado en lo siguiente: En Cristo, quien es Dios encarnado, y en Su obra. Esto es lo que hace el evangelio superior y único, porque no se trata del conocimiento de algo, sino de ALGUIEN, se trata de una relación con el único Dios verdadero, por eso no necesitamos más.

2. Este modelo de oración nos da una guía de como orar por nosotras mismas y por los demás hermanos.

3. Después de aprender sobre esto, quedamos con el compromiso de ser intencionales en el estudio de la Palabra y que el conocimiento que obtengamos apliquémoslo en nuestras vidas.

¡Dios te bendiga!

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