
Quizás eres una de las tantas personas que alrededor del mundo ha perdido un ser querido durante la pandemia del COVID que se inició en el 2019 en China y que rápidamente se propagó por todo el mundo. O solo eres una espectadora de este virus del que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha superado más de 4 millones de muertes alrededor del mundo. En mi país, la República Dominicana, ha segado las vidas de más de 4,000 personas, según cifras oficiales del Ministerio de Salud.
Por otro lado, vemos como los hijos se levantan contra los padres, los padres contra los hijos, pérdidas humanas por la violencia, el quiebre de negocios trayendo como consecuencia una tasa alta de desempleo. Hay escasez, guerras en algunos países, desesperación, las terribles consecuencias que estamos sufriendo por el cambio climático; incendios forestales, desastres naturales, etc. Definitivamente estamos viviendo un tiempo que donde quiera que miramos hay desesperanza y pérdida.
La iglesia misma está siendo fuertemente afligida y tal vez te has preguntado, ¿cómo lo voy a lograr? ¿Cómo vamos a llegar a la meta con tantas adversidades? ¿Cómo lograré soportar las pruebas por las que estoy pasando o por las que inevitablemente voy a pasar?
La respuesta a estas preguntas la podemos encontrar en la Biblia, en la carta de Santiago, donde el argumento central es llevar nuestra fe a la acción, no estar distraídas y no ser olvidadizas, sino oidoras y hacedoras de la Palabra del Señor. En el capítulo uno de esta carta, Santiago nos enseña que debemos mostrar la obra de la verdadera fe en la vida cristiana práctica a través de:
- Recordar quienes somos
Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo (Santiago 1:1). Santiago, siendo el hermano de Cristo, no se presentó como tal, sino que se refirió a sí mismo como ¨siervo de Dios y del Señor Jesucristo¨. Muchos diccionarios o comentarios bíblicos nos enseñan que la palabra siervo, se traduce de la palabra griega ¨doulos¨ qué significa un esclavo o uno que está en constante servidumbre hacia otro. Así que debemos recordar que, aunque somos sus hijas lo más significativo es que somos Sus siervas y como Dios es soberano debemos estar dispuestas a recibir cuánto Él permita en nuestras vidas.
- Consideremos que la prueba es una oportunidad para el gozo
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas… (Santiago 1:2). El Señor nos advierte que inevitablemente pasaremos por momentos de pruebas, y si es una advertencia, significa que debemos de estar preparadas para cuando estas lleguen. Las mismas son necesarias para la madurez del carácter cristiano. Santiago nos dice que debemos procurar el gozo en medio de la dificultad. Debo aclarar que aquí no nos referimos a cualquier gozo, sino al gozo que es parte del fruto del Espíritu, el cual es verdadera riqueza y contentamiento, este se produce cuando llegamos a una relación profunda con el Señor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. (Juan 15.11)
- La prueba de nuestra fe produce paciencia
Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. (Santiago 1:3-4.)
Las pruebas tienen un propósito definido en nuestras vidas y es producir paciencia. Mientras somos moldeadas a través de la prueba podemos ser un canal de bendición a aquellos a nuestro alrededor que ven nuestras actitudes y respuestas frente a las mismas.
La palabra paciencia, proviene de la palabra griega hupomone e indica que esta no describe una espera pasiva, sino el ¨sufrir sin rendirse¨ y nuestra fe no es ¨producida¨ en las pruebas, sino que es ¨probada¨ a través de las pruebas¨. David Guzik.
Las pruebas no deben ser recibidas con incredulidad sino con la fe puesta en Cristo, mientras que si se reciben con quejas e ingratitud producirán amargura en nuestros corazones. Por tal razón Santiago nos alienta a que tengamos gozo mientras seamos probadas.
- Las pruebas nos hacen sentir nuestra necesidad de Dios
Indudablemente necesitamos sabiduría para saber cómo enfrentar las pruebas y como superarlas. La Biblia nos recuerda: Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Santiago 1:5). Mientras todo marcha bien en nuestras vidas no sentimos la necesidad imperante de la sabiduría de Dios sino hasta que llegan las pruebas. Así que mientras estemos ahí busquemos conocer cuál es Su voluntad para con nosotras, cual es la enseñanza que Él quiere darnos o qué cosa en nuestro carácter quiere moldear. En medio de las pruebas busquemos a Dios y Su sabiduría. Para recibirla solo tenemos que pedirla y Él nos la dará generosamente y sin reprochar.
Amada hermana, oro al Señor para que puedas se afirmada, animada y esperanzada en Cristo en medio de cualquier aflicción o prueba por la que estés atravesando. Recuerda que las pruebas no durarán toda la vida, pero sí lo hará el gozo en nuestras vidas dado a través de Su Espíritu Santo.
Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría. (Salmos 30:5 SRV-BRG).
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