¿Por qué Dios no responde nuestras oraciones?

He escuchado mucho una frase que dice: “Dios responde sí, no o espera”. Lo verdad es que no hay un versículo en las Escrituras que lo defina así literalmente, pero sí podemos encontrar este principio en ellas. En esta ocasión me gustaría que consideremos cuando Dios responde con un “no”.  ¿Por qué habría Dios de negarnos algo que le estamos pidiendo? ¿Cómo deben ser las oraciones que hacemos? Antes de contestar estas preguntas, me gustaría definir algunos puntos importantes acerca de la oración:

– Lo primero es, que para que Dios escuche nuestras oraciones debemos, de hecho, orar. Esto parece muy básico, sin embargo, aunque Dios conoce nuestras necesidades (Mateo 6:8) Él quiere que oremos (Jeremías 33:3) y que seamos firmes en la oración (Hechos 2:42). La oración es más que conversar con Dios. (Colosenses 4:2), es un estilo de vida propio de un verdadero creyente. (1 Tesalonicenses 5:17-18). El Señor está atento a nuestras oraciones (1 Juan 5:15).

– Orar debe generarnos entusiasmo, llegar a casa y apartarnos para hablar con nuestro Dios. Es cierto que podemos orar en todo lugar y en todo momento, pero debemos tener un tiempo de calidad, en un lugar que escojamos y con motivos puntuales. Nuestro tiempo de oración no puede ser “express”. El tiempo de oración debe disfrutarse.

Posibles razones de un “no” de Dios:

– ¿Tal vez oras y oras y oras…pero no pasa nada? La respuesta de Dios no viene necesariamente por el hecho de que repitamos. Muchas veces nuestras oraciones no son concedidas porque no conocemos Su voluntad. Es importante conocer a Dios, porque en la medida en que lo hacemos, más alineadas estarán nuestras peticiones con Su propósito. El mismo Jesús en Sus oraciones pronuncio la frase Hágase Tu voluntad. Después de esta frase vienen las peticiones. Ni siquiera nosotras sabemos lo que es mejor para nosotras, pero Dios sí lo sabe, Sus pensamientos son más altos que los nuestros y son de bien, Dios si sabe lo que nos conviene. No nos dará una piedra si le pedimos pan.

– En ocasiones pedimos a Dios que nos quite la prueba por la cual estamos pasando, sin embargo, Él la está poniendo en nuestras vidas para perfeccionar de Su obra en nosotras. La Biblia dice que Dios cumplirá Su propósito en nosotras. Oramos para que Dios nos quite las pruebas, pero el Señor tiene un propósito con ellas, entonces al momento de orar, pidamos al Señor que nos ayude a aprender lo que nos quiere enseñar con cada una de ellas y que juntamente con las pruebas, nos provea Su fortaleza y ayuda para poder atravesarlas.

– Simplemente, no es Su tiempo. El Señor en Su soberanía sabe cuándo darnos lo que le pedimos para alinearlo a Sus pensamientos de bien para con nosotros. Debemos ser pacientes y pedirle a Dios que nos ayude a ver más allá de lo terrenal, es decir, a ver las cosas con ojos espirituales.

Podemos llegar a la conclusión de que estos son algunos problemas que tenemos con la oración:

Dudamos que recibiremos lo que estamos pidiendo. (Santiago 1:6) A veces tendemos a colocar el problema por encima de la omnipotencia de Dios. (Marcos 11:24)

No sabemos qué pedir.

Oramos solo para llenar requisitos como cristianos (Salmos 145:18).

Pedimos de labios que se haga la voluntad de Dios, pero nuestro corazón quiere que se cumplan nuestros propios deseos (1Juan 5:14)

Llega un momento en la vida en el que repetimos tanto la misma oración, que ni cuenta nos damos que no le estamos poniendo el corazón a lo que estamos diciendo. (Mateo 6:7)

Estamos clamando al Padre Celestial, pero tenemos una que otras cuentas pendientes de perdón con algunos amigos, familiares, vecinos y hasta hermanos en la fe. (Marcos 11:25)

Algunas soluciones a esos problemas­:

Algo que nos podría ayudar a no dudar es escuchar los testimonios de hermanos y como Dios ha obrado en sus vidas. Nosotras también podemos hacer memoria de las misericordias de Dios. (Salmos 103:2)

La Biblia nos indica personas y situaciones por las cuales orar (1 Timoteo 2:2). Algo que es muy útil es entrar a grupos de oración para compartir y ver las peticiones.

Empieza por algo tan simple como prestar más atención a tus oraciones al dar gracias por los alimentos, podrías grabarte para saber si estas siendo muy automática al orar.

Dios nos dice en Su Palabra que su Espíritu nos guía para saber por cuales cosas orar. (Romanos 8:26)

Proponte analizar tus oraciones, descubre si hablas más de ti y de las cosas que quieres para ti y si todo gira en torno a ti, si es así, estas orando de una manera no bíblica. Nuestra carne muchas veces quiere beneficios para estar más fortalecida, sin embargo, no hay ganancia en eso. Eleva oraciones que le muestren a Dios que quieres aprender lo que Él desea enseñarte. Dios es soberano y puede resolver todos tus problemas en menos de un segundo, sin embargo, Él no quiere ser visto como tu genio de la lámpara. Humilla tu corazón y pídele a Dios que te de sabiduría para que no caigas en los mismos problemas que en ocasiones tú misma has traído por causa de tus decisiones. No simplemente pidas que tus problemas sean resueltos, sino, que Dios te ayude a atravesarlos y aprender de ellos.

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