
La segunda venida de Cristo es el evento más importante que esperamos los cristianos después de que Jesús ascendió a los cielos, y ha sido motivo de burla de muchos a lo largo de los años. Esto ya fue advertido por el apóstol en 2 Pedro 3:3-4: “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”.
La aparente dilación del regreso de Cristo no debe ser razón para amedrentarnos ante los incrédulos y mucho menos de desconfiar de la veracidad de este anhelado acontecimiento para la Iglesia.
J.D. Greear en un artículo para Colación por el Evangelio dice “…creo que muchas de las iglesias evangélicas hoy restan importancia al tema del regreso de Jesús porque tienen miedo de parecer fundamentalistas. Pero hay 318 referencias a la segunda venida de Jesús en el Nuevo Testamento; más o menos 1 de cada 13 versículos lo menciona. Y casi todos los mandamientos morales en el Nuevo Testamento están ligados a la segunda venida. No es una parte vergonzosa de la teología cristiana: es esencial para nuestra fe. El hecho de que Jesús podría regresar cualquier día en cualquier momento nos debe hacer sobrios y cambiarnos”.
Que la segunda venida de Cristo sea tan mencionada en todo el Nuevo Testamento debe arrojarnos luz de cuán importante e inminente es este acontecimiento.
Podemos confiar en que nuestro Señor Jesús regresará…
Por la fe
No podemos dejar de mencionar esto porque es la razón primordial por la que creemos que nuestro Señor regresará. Hemos sido selladas con Su Espíritu, como la garantía de que somos salvas (Efesios 1:13-14) y Él es quien nos da la certeza en nuestros corazones de que lo que dice Su Palabra es la verdad, es Su obra en nosotras la que hace que nuestros corazones ardan de gozo y esperanza al pensar en la manifestación gloriosa de nuestro Redentor (Tito 2:13) y que nos permite aguardar con paciencia y sin dudar en este acontecimiento.
No hay argumentos válidos para alguien que no tiene la fe como un don de Dios, no esperes que un incrédulo tenga tu misma esperanza, pues debe nacer de nuevo para poder abrazarla.
Porque Jesús ya vino una primera vez
La primera venida de Jesús a la tierra es un hecho histórico que nadie que respete las evidencias puede negar, incluso historiadores no cristianos hablaron de Él en sus escritos (como Josefo, Suetonio y Tácito).
El Hijo de Dios estuvo entre nosotros y vino a cumplir la misión que le fue asignada por el Padre de cargar con los pecados de la humanidad, vivió una vida perfecta y fue clavado en nuestro lugar para que fuésemos hechos justos por medio Él.
Jesús mismo también habló de Su segunda venida (Lucas 21:27, Juan 14:1-4, Mateo 24:27, Mateo 16:27) y si hemos creído en Él como nuestro Salvador, también debemos creer en la veracidad de Su Palabra. Él dijo que regresaría y así lo hará.
Me encanta el relato de Hechos 1:9-11 de la ascensión de Cristo a los cielos, y cito:
“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos. Y estando con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos; Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
Sí, ese mismo Jesús, el Verbo hecho carne que habitó entre nosotros (Juan 1:14), el que murió en la cruz y resucitó al tercer día y ascendió a los cielos para preparar morada para nosotros (Juan 14:1-4), un día vendrá, y sea que hayamos muerto o que vivamos en aquel día, podremos presenciar este acontecimiento, cuando con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios Él descenderá del cielo (1 Tesalonicenses 4:16-17) y todo ojo le verá (Apocalipsis 1:7).
Por la veracidad de las profecías bíblicas
La profecía de la segunda venida de Cristo no es la única en la Biblia, toda ella está cargada de cientos de profecías que se fueron cumpliendo a lo largo de la historia.
Por ejemplo, todas las profecías del Antiguo Testamento que apuntaban al nacimiento del Mesías fueron cumplidas a cabalidad, incluso cosas tan específicas como el lugar en donde iba a nacer (Miqueas 5:2), además de profecías acerca de su crucifixión y la manera en que sería sepultado, todas se cumplieron.
De igual manera podemos estar seguros y esperar que todos los anuncios acerca de la segunda venida de Cristo que están en el Nuevo Testamento, también han de cumplirse.
¿Cómo debe impactarnos el hecho de que Jesús regresará?
Cuando entendemos esto, nuestra perspectiva de la vida debe cambiar. Estaremos en este mundo el tiempo que Dios ha determinado y el hecho de que un día que no sabemos nuestro Señor regresará, debería hacernos estar alerta y vivir a la luz de esta verdad.
No podemos vivir como los incrédulos que andan corriendo tras las cosas terrenales, de obtener más bienes y disfrutar de los placeres momentáneos que este mundo nos ofrece. Debemos andar en obediencia a la Palabra de Dios, predicando el Evangelio y procurando que el nombre de Cristo sea glorificado en toda nuestra manera de vivir, como esposas, hijas, hermanas, madres, amigas, debemos buscar que Su luz brille y que Su nombre sea exaltado.
Estemos preparadas para la segunda venida de Cristo (Mateo 24:44), poniendo la mirada en las cosas de arriba (Colosenses 3:1-3), porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven, son eternas (2 Corintios 4:18).