Lo que realmente importa (parte 2).

En mi estudio del libro del profeta Hageo pude escuchar al pastor Salvador Gómez decir: “Estamos viviendo algo y es que queremos los beneficios del cristianismo sin el compromiso que significa la fe cristiana”. Esto lo vimos en el artículo anterior donde estudiamos como Dios había llamado al pueblo judío a meditar sobre sus caminos (Hageo 1:1-7). Ellos habían tratado de hacer que sus propias vidas estén bien acomodadas mientras que el templo de Dios estaba en descuido, sin embargo, estaban llenos de insatisfacción, porque a pesar de dedicarse a vestirse, ganar dinero, sembrar, poner sus casas lujosas, etc. estaban frustrados. El gastar nuestra energía, esfuerzos y tiempo para obtener bienes y seguridad en este mundo nos coloca en una posición de desdicha, en cambio el dedicarlos para la Gloria de Dios nos llena de mayores y mejores beneficios y sobre todo porque esto es nuestro llamado y para lo cual vivimos. Básicamente, como cristianos, debemos dar un orden correcto a nuestras prioridades. Debemos dar prioridad a Dios y su casa para así recibir su bendición. Al tomar en cuenta esto de manera muy seria e intencional, evitará que caigamos en el descuido espiritual.  

El llamado que Dios nos hace a accionar:

 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Hageo 1:8

Si te fijas aquí dice que el pueblo judío debía terminar lo que había comenzado. Debía subir, traer madera y reedificar. Dichos verbos muestran acción. Dios quiere que nosotras despertemos y accionemos. Nada de lo que Dios nos dice en Su palabra debiera quedarse solo en pensamiento, sino que debe llevarnos a movernos y cambiar de dirección, produciendo en nosotras un verdadero cambio.

Dios deseaba una casa que fuera testimonio a las naciones y que proclamara que Él era real entre Su pueblo, los judíos debían ver esto y anhelarlo de la misma manera. Dios quiere que nuestros intereses, metas o prioridades, sean las mismas que las de Él. Por eso este versículo menciona cual es el fin de nuestro cambio: ¡El será glorificado! Nosotras vivimos y existimos para la Gloria de Dios y si somos indiferentes a esto, nuestro crecimiento espiritual se verá estancado. Aquí quiero describirles cómo se vería:

En primer lugar, nuestra relación con Dios se verá quebrantada: Si amamos las cosas creadas antes que al Creador, desobedeceremos el primer mandamiento (Marcos 12:30). Dios no quiere que encontremos deleite en otra cosa o persona que no sea El mismo. Si así lo hacemos, caeremos en el descuido o el letargo espiritual, llevándonos a una vida vacía, de desobediencia o de pecado, lo cual, en el peor de los casos, nos puede llevar a apartarnos de la fe.

En segundo lugar nuestros ojos estarán ajenos o ciegos a las necesidades de los demás porque no tenemos tiempo: Hermanas, el mundo está convulsionado, Latinoamérica está convulsionada, tan solo tenemos que ver las noticias o las estadísticas las cuales arrojan el nivel de deterioro moral en la que nos encontramos causado por la pobreza espiritual.  Por eso la oposición que se levantó contra el pueblo judío es la misma que se levanta hoy, es parte de un mismo plan de Satanás para que nos desenfoquemos de lo importante y dejemos de cumplir nuestro llamado. El mundo nos necesita, porque es un mundo sin esperanza. Si estamos dedicados a nuestras cosas ellos no saborearán a Cristo, no podremos esparcir Su fragancia (2da Co. 2:15) si nuestras prioridades, nuestro estilo de vida, el uso de los recursos que Dios nos da o nuestro comportamiento es como el de ellos. No estaremos desempeñando nuestro rol como sal y luz. El estar entretenidas nos desenfoca de la oración intercesora, de ser generosas y ayudar de manera consistente e intencional al que no tiene; de visitar al enfermo o al que está preso. No podremos predicarles a los perdidos, los cuales están yendo cada día a un tormento eterno. No son las políticas de los gobiernos que van a transformar nuestro mundo, esa responsabilidad es de la Iglesia, es tuya y mía ya que el problema de la humanidad es del alma, la cual está en rebelión con Dios y solo Cristo puede cambiarla o transformarla.

Por todo esto es que dice John Piper, “quien pierde su vida por la gloria de Dios y el bien de su causa encontrará la vida plena”.

Para finalizar, debemos recordar que en cada mensaje de exhortación o confrontación que Dios le hace a Su pueblo es por amor. Sí hermana, aunque los profetas hablaron seriamente sobre el pecado, juicio o condenación, también hubo gracia, perdón y restauración. Todo es parte del amor de Dios que lo mueve a llamar a Sus hijos o Su pueblo para que logremos vivir para Su gloria.

¡Dios te bendiga! 😊

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.