
“Recoge tu habitación”, “no llegues después de medianoche”, “no andes descalza”, “apaga el televisor” … esto y mucho más hemos escuchado diariamente y varias veces al día de parte de nuestros padres. Desde que entramos a la edad de la preadolescencia obedecer a mamá y papá nos resulta bastante difícil, aún más cuando nos creemos jóvenes adultas. Pero ¿qué dice Dios sobre obedecer a nuestros padres? Pues para contestar esta pregunta debemos definir primero qué es obedecer.
En la Biblia podemos encontrar una gran cantidad de versículos que nos hablan de la obediencia, aquí te comparto algunos:
- Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. (Juan 14:23)
- Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Lucas 9:23.
- Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy el Señor. Levítico 22:31
- Debéis guardar diligentemente los mandamientos del Señor vuestro Dios, y sus testimonios y estatutos que te ha mandado. Deuteronomio 6:17.
- No añadiréis nada a la palabra que yo os mando, ni quitaréis nada de ella, para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os mando. Deuteronomio 4:2
- Por senda de vida va el que guarda la instrucción, más el que abandona la reprensión se extravía. Proverbios 10:17
- Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante deDios;y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. 1 Juan 3:21-22
La perspectiva que tenemos del evangelio condiciona nuestra obediencia. Muchas vemos la gracia como una taquilla de libre acceso a hacer y decir lo que mejor nos parezca, inclusive para tomar decisiones por encima de nuestros padres con una actitud rebelde. Esto trae como consecuencia una vida de libertinaje muy lejos de lo que Dios establece en Su Palabra.
Si amamos a Dios, el resultado genuino será obedecerlo con amor, sometimiento y humildad, siendo conscientes de que Él es soberano aun no entendamos, no queramos o no nos agrade Su voluntad, es decir que la obediencia no es selectiva: no depende de mi edad, de que tanto conocimiento tenga y de lo que yo considero. Debemos tener pendiente que el obedecer a Dios no es una opción, es el resultado de amor genuino hacia nuestro Creador, así mismo la obediencia a nuestros padres, (Juan 14:15, Santiago 1:22) y solo una relación cercana con nuestro Padre celestial por medio de la oración y las escrituras creara en nosotras el anhelo y la seguridad de obedecerle sin condiciones.
Steven Lawson, en su artículo “Solo Necesitas Obedecer”, nos dice: “Sus mandamientos no son difíciles” (1 Juan 5:3), pero son una bendición (Sal. 1:1). Cada paso de un corazón dispuesto a la obediencia lleva a experimentar la vida abundante en Cristo. Por el contrario, cada paso de desobediencia nos aleja de la alegría de la bondad divina.”
Tenemos una buena razón para honrar a nuestros padres, ¿cierto?
- Es un mandato de Dios y es justo. Efesios 6: 1-3
- Cristo obedeció a sus padres terrenales, y a El debemos imitar. 1 Juan 2:6.
- Obedecer agrada al Señor. Colosenses 3:20
- Obedecer nos enseña a vivir sabiamente y a ser prudentes. Proverbios 15:5, Mateo 7:24
- Si obedecemos, Dios nos promete bendecirnos con largos días sobre la tierra y nos ira bien. Efesios 6: 1-3
- Es mandato de Dios para los padres hacer que le obedezcamos e instruirnos en la vida. Efesios 6:4
- Al obedecer demostramos que amamos a Dios. Juan 14:21-24
Si somos cristianas verdaderas, amaremos Su Palabra por causa de quien la inspiro y buscaremos agradarle en todo, obedeciendo de manera humilde y con contentamiento cada una de Sus ordenanzas.
Uno de los mandamientos que encontramos desde el Antiguo Testamento y que presenta una promesa fiel a su cumplimiento es el de los hijos obedecer a sus padres.
- Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da. Éxodo 20:12
- Hijos, sed obedientes a vuestros padres en todo, porque esto es agradable alSeñor. Colosenses 3:20
- Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanzade tu madre. Proverbios 6:20
- El hijo sabio acepta la disciplinade su padre, pero el escarnecedor no escucha la reprensión. Proverbios 13:1
- Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), PARA que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra. Efesios 6:1-3
Tim Challies, en su escrito “¿Por qué los hijos deben obedecer a los padres?” dice sobre Efesios 6 que la mayoría de eruditos están de acuerdo en que Dios colocó ahí este verso a causa del singular rol que juegan los padres, un rol en el que representan a Dios ante sus hijos. Honrar y obedecer a los padres es honrar y obedecer a Dios. Y aquellos que dan tal honor y obediencia a sus padres se abren a la posibilidad de recibir bendiciones especiales.
Ya que sabemos que es obedecer a Dios y su importancia, quiero compartirles consejos prácticos que nos pueden ayudar a obedecer y honrar a nuestros padres.
- Desaprendamos: es bueno que desaprendamos eso que hemos venido creyendo de que nuestros padres son molestosos o les gusta hacernos enojar, eso de que no quieren vernos felices y de que están desfasados. Debemos aprender que nuestros padres nos aman, que ellos siempre querrán lo mejor para nosotras y que sus limitaciones y correcciones siempre serán a nuestro favor.
- Comuniquémonos: tomemos tiempo para conversar con nuestros padres. Si existe alguna forma de corrección que te haga sentir angustiada o maltratada, coméntaselos en amor. Involucrémoslos en nuestras vidas, pero también conversemos con ellos. Preguntémosles sobre su niñez y juventud. Es increíble la sabiduría y buenos consejos que nuestros padres tienen gracias a sus vivencias y experiencias.
- Leamos la Biblia: leámosla, escudriñémosla, y no solo los libros o pasajes que más nos gusten, leámosla completa.
- Cuidémonos de pecar. Pecar no es solo hacer algo en contra de la voluntad de Dios; también es pecado no hacer el bien que sí puedes hacer: “A aquél, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado”. (Santiago 4:17)
- Oremos: Pidámosle a Dios por nuestros padres todos los días. Oremos con ellos. Oremos por sus corazones y pidámosle también que nos haga mansas, lentas para reaccionar agresivamente y sumisas para obedecer con contentamiento. Oremos a Dios para que el ponga mucho mas amor en nuestros corazones por nuestros padres y gracia ante ellos.
- Seamos un vivo testimonio: Que nuestro andar, acciones y palabras sean filtradas siempre por la Palabra. Que nuestros padres puedan ver en nosotras a Cristo.
También te invito a leer este articulo de nuestras hermanas de Joven Verdadera: 16 formas de mejorar tu relación con tus padres.
Obedecer es oír, escuchar y ser sumiso a las órdenes de un superior y para obedecer los mandamientos del Señor es necesario que:
- Tengamos fe: puesta en las promesas de Dios que nos capacita para obedecer.
- Tengamos la actitud correcta: nuestra actitud de servicio y obediencia al Señor deben superar por mucho nuestras incertidumbres, incluso las mismas consecuencias.
- Conozcamos a Dios a través de Su palabra: en la narrativa de la Biblia la fe de cada personaje es la consecuencia de una estrecha relación con Dios. (Romanos 10:17).
- Pongamos en práctica la humildad: ¿cómo recibes la corrección y la confrontación? ¿Con una actitud agresiva, a la defensiva, o con una actitud de aprendizaje y apertura a aprender y obedecer? Nuestra relación con Dios debe ser tan fuerte y estrecha que de nuestro corazón brote alabanza y obediencia ante Sus mandamientos, no rebeldía y esto se refleja también en la obediencia a nuestros padres.
Cuando entendemos que todo lo que somos, lo que hemos visto, lo que pasamos, lo que vivimos, e incluso, cuando vemos las advertencias, limites y condiciones que nuestros padres nos imponen viene de Dios, estamos imitando a Cristo, quien vivió en total obediencia al Padre.
La mejor manera de glorificar a Dios con tu vida, tus pensamientos, y tus acciones, es poniendo por obra su Palabra. Pilar Herrera.
Juan 14:15: Si me amáis, guardad mis mandamientos.
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