
Hemos estado hablando del tema de la hermandad y sobre nuestras relaciones y nos urge compartir acerca de ciertas inquietudes que aun como jóvenes cristianas solemos dejar que invadan nuestros pensamientos.
Por mucho tiempo en mi vida me he preguntado lo siguiente:
¿Hasta cuándo estaré soltera?
¿Qué debo hacer durante mi soltería?
¿Por qué me siento tan sola?
Generalmente nos equivocamos en cómo relacionamos los términos de soltería/soledad. La soltería es sólo el estado en el que nos encontramos por no haber contraído matrimonio, mientas que la soledad es un sentimiento o estado de ánimo subjetivo que surge cuando percibimos no formar parte de nada ni de nadie y a su vez trae consigo aislamiento, desánimo, amargura y tristeza.
Ahora bien, partiendo de esto quiero decirte que, porque permanezcas soltera y aun estés en la espera de ser la ayuda idónea de un siervo de Dios, no debes dar cabida en tu vida al sentimiento de la soledad.
Aquí comparto algunos motivos por las cuales estuve rodeada de soledad en algún momento de mi vida, más por la infinita gracia, misericordia y las promesas que Dios me ha ofrecido en Su Palabra, he podido vencerla.
Te sientes sola porque no entiendes lo que dice Dios acerca de tu soltería
La soltería que el mundo promociona hoy día se trata del tiempo en que podemos ser “libres” y experimentar toda clase que cosas pecaminosas que lo que hacen en verdad es desagradar a Dios y dañar nuestra relación con Él, sin embargo, en Su Palabra Dios nos muestra que la soltería es el momento más propicio para disfrutarlo al servicio de nuestro Creador: “Los solteros se preocupan de las cosas de Dios y de cómo agradarle.” 1 Corintios 7:32b (TLA). La Biblia nos muestra cómo grandes hombres y mujeres aprovecharon su soltería para agradar a Dios, cumpliendo con sus mandamientos y sirviéndole en todo momento, nosotras no podemos ser la excepción. Dios demanda de nosotras un corazón dispuesto, sin reservas ni condiciones y que pongamos enteramente nuestra vida junto con nuestros dones, talentos y liderazgo a Su servicio.
Te sientes sola por que no disfrutas de quienes tienes a tu alrededor
Dios nos rodea y provee de personas maduras que pueden ser de edificación y quizás no las valoramos, pero cuando nos invada este sentimiento de soledad es bueno recurrir a esas personas que están dispuestas a alentarnos, animarnos y hasta a corregirnos. La Palabra nos dice en Proverbios 27:9b que “la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.» Rodéate de personas sabias y prudentes que puedan ayudarte.
Te sientes sola por que no has confiado en los planes que Dios tiene para ti
Dios en Su infinita misericordia tiene grandes planes para nuestras vidas, los mismos han de cumplirse dentro de Su voluntad perfecta, pero muchas veces nos desalentamos y caemos en la soledad cuando no confiamos enteramente en Él y en Su palabra.
Vemos en la Biblia que el rey David en algún momento de su vida se sentía amargamente solo y clamó a Dios: “Mírame y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido.” Salmo 25:16 Cuando nos sintamos solas debemos acudir a Dios y abrazar Su promesa de que Él estará con nosotras todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20), Él promete no dejarnos ni desampararnos, Él promete darnos planes de bien: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11
Te sientes sola por que no te sientes amada
Princesa, para ser amada no tienes que tener un príncipe, acude al Padre Celestial, Aquél que con amor eterno te ha amado, que te escogió antes de haber nacido, Aquél que demostró Su amor por ti al enviar Su Hijo Unigénito a morir por tus pecados para brindarte la salvación.
Por último, quiero recordarte este verso en Isaías 43:4:
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé.”
Amada hermana, es mi deseo que te refugies en nuestro Padre Celestial, acércate a Él ya que sólo por medio de Él podemos ser libres de la soledad y solamente en Él podemos deleitarnos mientas esperamos durante nuestra soltería.
Escrito por: Keila García