
El concepto de amistad existe desde los tiempos antiguos. Esta surge cuando las personas encuentran inquietudes y sentimientos comunes al igual que confianza mutua. Los amigos nos dan sentido de pertenencia, de soporte y también fomentan la vida colectiva. Todos los seres humanos tenemos una realidad relacional que es vital en la buena convivencia con los demás. Para que todo marche bien, necesitamos tener buenas relaciones. Cuando esta área esta débil, podemos sentirnos aisladas y solas.
Algunas personas que se consideran “llaneros solitarios”, de seguro tienen algún testimonio muy personal que los marcó después de una mala relación de amistad. Pero, ¿Por qué se dañan las relaciones? ¿Te ha pasado que has visto unos amigos que eran como “el dedo y la uña”, sin embargo, ya no lo son más? ¿Qué les paso, si eran tan unidos? Y tú, ¿tienes algunas relaciones rotas? ¿Sientes que las buenas amistades son escasas? ¿Te sientes traicionada por una vieja relación de amistad?
Todo esto radica en conocer y poner límites a tiempo. Contrario a lo que se cree, lo más saludable para una buena relación de amistad no es entregarlo todo sin medidas. Al contrario, delimitar algunas cosas desde el inicio de cualquier relación sería lo ideal. Es cierto que la confianza es la columna principal que sostiene una amistad pero nos volvemos propensos en algún momento dado, a ver dañada dicha relación cuando nos damos cuenta muy tarde de que se construyó con un débil conjunto de principios y valores.
Es por esto que quiero compartirles algunas verdades que nos ayudan a entender los límites que nos permiten cultivar relaciones de amistad más duraderas y saludables, quizás identifiques algunas que hicieron flaquear una de tus relaciones de amistad:
- Tus amigos no sustituyen a Dios. Hay amistades que nos ayudan a acercarnos más al Señor y nos inspiran a amarle más, ¡Gloria al Señor por ellas! Pero, también es cierto que a veces tendemos a admirarles demasiado. O bien, cuando le dedicamos más tiempo a nuestros amigos que al Señor, esto también puede convertirse en idolatría. El Señor es y deberá siempre ser nuestra prioridad. No busquemos llenar el espacio que solo DIOS PUEDE LLENAR, en otras personas. (Éxodo 20:3-4)
- Tus amigos solo son amigos. No puedes preferir refugiarte en una relación de amistad a la que le das todo tu tiempo y atención, olvidándote por completo de tu familia (en caso de ser soltera de tus padres, tus estudios o compromisos ministeriales), tu esposo y hasta tus propios hijos. Una mujer sabia pone primero su atención y el orden en su casa. (Proverbios 31:27-29)
- Tus amigos no están para llenar vacios emocionales. El único que puede satisfacer todas nuestras necesidades y carencias se llama JESÚS. Sólo en Él podemos ser plenas y felices. Cuando buscamos eso en otras personas, nunca será suficiente, y esto aplica para cualquier tipo de relación. Jesús dijo que Él es la vida, y si vamos a Él no tendremos esas carencias jamás. (Juan 4:14 /Juan 14:6ª)
- Tus amigos merecen respeto y privacidad. (Romanos 12:10) Aquí quiero ampliar un poco:
- No necesitamos saber más de lo que se nos dice. Es importante aprender a guardar nuestra curiosidad. ( 2:11)
- Es un poco incomodo estar en medio de una pareja de amigos y que estos empiecen a pedir tu opinión para apoyar a uno de los dos en sus argumentos. Reservemos nuestra opinión, pues la vida de pareja es solo de dos, sean estos novios o esposos. No necesitan siempre escuchar nuestra opinión. Y cuando la soliciten, que esta sea bajo el consejo bíblico. ( 19:20-21)
- No podemos pretender aprobar o desaprobar a los amigos de nuestros amigos, a sus elecciones de pareja o incluso sus estilos de vestir (siempre y cuando no sea necesaria una intervención de acuerdo a lo que enseña la Palabra).
- Tus amigos no son perfectos y tampoco nosotras. Debemos tratarles como nos gustaría que nos tratasen a nosotras. Cuando entendemos esto, la relación confirma su propósito. Lo bonito de la amistad es el aceptarse aún con sus diferencias. (Lucas 6:31)
- Tus amigos merecen honestidad. Con honestidad nos referimos a esa cualidad o virtud de decir la verdad, de ser coherentes con lo que se piensa y se dice, a actuar con justicia. Es que si decimos un “te amo”, mis acciones sean coherentes a nuestro amor expresado. Ser honestas, genuinas desde el inicio de una relación de amistad es esencial para cultivar la confianza, la cual es imprescindible. (1 Juan 3:18)
- Tus amigos no son novios/esposos. Debemos siempre considerar la importancia de tener límites en nuestras relaciones de amistad con el sexo opuesto. La proximidad física, las miradas, nuestras expresiones verbales, cómo nos reímos; todo debe apuntar a una amistad que irradia respeto mutuo y que, a tres kilómetros, debe notarse que sólo son amigos (incluso, con nuestras amigas del mismo sexo debemos tener cuidado de estas cosas y poner límites en nuestra proximidad y forma en que nos relacionamos con ellas). Para cuidar a nuestros amigos, y también para cuidarnos a nosotras mismas, debemos moderar nuestro comportamiento con ellos.
Recordemos siempre que nuestras relaciones de amistad deben guiarnos a glorificar el Nombre del Señor. Que debemos amarnos los unos a los otros (Juan 15:12-13) y que a través de la amistad podemos mostrar el amor tangible de Dios (1 Juan 4:7). Que juntos hacemos un mejor equipo (Eclesiastés 4:9-10) y que tener y ser un buen amigo en tiempo de tristeza nos da fortaleza (Prov. 17:17).
Que buen post! totalmente cierto todo lo que escribes !
Me gustaMe gusta
Muchas gracias Andrea. Que bueno que nos lees. Dios te bendiga. Un abrazo 🌼 🌺 🌸
Me gustaLe gusta a 1 persona
Este articulo muy importante, las verdades o principios que listaron son bíblicos y medibles. Gracias por hacerlo espiritual y «aterrizado» a la vez. Dios les continúe usando.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Amarilis Dios te bendiga!
Que Dios nos continue ayudando a vivir este evangelio glorioso de forma practica!
Me gustaMe gusta