
El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua. Proverbios 20:19
Este proverbio nos dice que hay personas que andan en chismes, que es su costumbre. Y no lo dudo, vivimos en una época donde se fomenta chismear o murmurar más que nunca. La farándula envuelve a muchos, a través de revistas, programas de televisión, shows por la radio, donde las personas que lo consumen tienen curiosidad de saber la vida privada de sus “estrellas”. Tenemos las redes sociales que si bien es cierto nos permiten tener contacto con otras personas y comunicarnos con ellas, también son usadas como instrumento para investigar, deducir, pasar tiempo mirando la vida del otro. Vas a un salón de belleza, hay chismes; vas a cualquier establecimiento a comprar, se comenta el chisme del momento; nos enteramos, comentamos, regamos la voz y no se ve mal porque es solo decir la verdad de algo que a veces es público pero muchas otras veces es privado. Así que, murmurar o chismear no es algo malo, porque total, todo el mundo lo hace, es una moda, es normal.
Pudiéramos decir que dentro de la iglesia no tenemos que abundar mucho sobre el tema del chisme porque la Biblia le llama pecado, ¡¡¡¡es obvio!!! pero lamentablemente este es uno de esos pecados que no se le presta tanta atención entre nosotras porque también suele pasar tan sutil, se disfraza, toma color, etc. Pero, aunque tenga todo eso no deja de ser lo que es, es pecado.
Este tema, como muchos de la Biblia, no me es tan fácil de escribir, porque cuanto he pecado de chisme o murmuración. Hace un tiempo Dios me confronto con este pecado donde me hizo ver lo que había en mi corazón y cuantas cosas debía cambiar para gloria de Su nombre. Te cuento que un día el Espíritu Santo me reprendió, no porque me podían descubrir y así dañar mi reputación, sino porque me di cuenta que estaba ofendiendo a Dios con eso. Teniendo esto en mente quiero destacar tres puntos:
– A Dios le importa lo que hablamos. Hay un libro muy bueno llamado Guerra de Palabras donde el autor dice que no podemos creer que somos dueños de las palabras, sino que cada vez que sale una, debe corresponder el estándar de Dios y con Su diseño. Que ellas deben hacer eco del Gran orador y reflejar Su gloria.
– Dios ve claramente la intención con la que hablamos. Él está viendo el corazón, nuestra mente y cuando la Palabra sale de nuestra boca, El las oye, pero ve la razón real por la que las decimos.
– El amor al prójimo se demuestra cuando guardamos su dignidad y privacidad, cuando le protegemos, cuando le tratamos como nos gustaría que nos traten pues si tengo un secreto o algo privado no me gustaría que, si en confianza se lo comente a alguien, lo divulguen. No puedo agraviar a mi hermano, no puedo hacer mal al prójimo.
Ahora vamos a desglosar nuestro versículo:
Primero, este proverbio define el chisme o cual es la práctica del chismoso: “no guardar secretos”.
– Mira como lo dice otro versículo de Proverbios: La gente chismosa revela los secretos (Proverbios 11:13). En el original hebreo de estos dos versículos, la palabra es la misma para chisme y significan lo mismo. Así que mi hermana el chisme es divulgar algo que una amiga tuya te contó o te enteraste de otro modo y sabes que no debes decirlo y lo haces. El chisme es propagar algo que puede ser verdad o mentira para que otros se enteren pero que daña la reputación de una persona.
El chisme es difamar (murmurar) por eso Pablo lo coloca en la lista de pecados que describe en Romanos 1:28-32 que los seres humanos practicamos y que ha causado la ira de Dios sobre nosotros. Ahora bien, ¿Por qué Dios lo coloca en esta lista? ¿Por qué es tan serio? He visto ese mal en mi propio corazón: El chisme es orgullo en acción. Alimenta nuestro ego. Es fariseísmo, pues al contar o hablar de otro, nos lucimos como justos, nos sentimos incluso mejores, más santos o piadosos. Cuando lo escuchamos, eso alimenta el morbo o nuestra curiosidad. No cumple con el mandato de amar como Dios nos ama a nosotras.
Segundo, este Proverbio nos dice que no participemos con el chismoso.
– La característica del libro de Proverbios es llevarnos a entender sabiduría para que nos guíe a una vida de integridad, a una vida recta y por eso nos da este tipo de consejo. Es sabio apartarse de este tipo de personas porque nos podemos ver tentadas a cometer este pecado. Comentaba con mis hermanas del Atelier, cuan vulnerables y propensas somos las mujeres a dicho pecado. Nos encanta hablar y sobre todo porque el chisme tiene algo particular, es sabroso al momento. Dice en Proverbios 18:8 que «Las palabras del chismoso son como bocados suaves y penetran hasta las entrañas».
Me imagino ese bocado como un dulce que viene o sale de nuestros labios disfrazado de un glaseado hermoso y brillante, cuando usamos las frases antes de decirlo: “te contare algo, pero no lo digas a nadie”, “supiste la última noticia”, “andan diciendo por ahí”, “me dijeron que no lo contara, pero como sé que no lo dirás más adelante” ……entonces quedamos atrapadas y cautivadas. Al momento saben deliciosas, pero al final cuando entra a nuestro organismo hace daño porque vienen contaminadas de veneno mortal. Por eso el escritor nos dice ALÉJATE.
La Biblia dice que hace daño al prójimo (Proverbios 11:12-13), divide las personas (proverbios 16:28). Crea contiendas (Proverbios 26:20). Leí en un comentario bíblico que el chisme es como una persona que anda con un filoso cuchillo que corta los vínculos más fuertes de amistad, quien destruye hogares, destroza corazones, arruina vidas. Viaja en las alas del viento y no le importa la verdad, no tiene respeto por la justicia y no tiene misericordia por el indefenso. Si pensamos un rato ¿Quién es así? Satanás, él es todo mal y no tiene compasión para difamar, dañar la reputación de algún ser humano. Todo lo contrario a nuestro Señor Jesús quien delante del Padre está hablando bien de nosotras e intercediendo por nosotras.
Por todo esto que hemos hablado, quiero que te hagas la pregunta que desde mi confrontación me he estado haciendo: ¿Cómo quiero ser vista por Dios? ¿Como una mujer chismosa o discreta? ¿Quiero ser vista como Jesús? ¿Como era El cuándo hablaba de otro? Tu respuesta determinara tu disposición a dejar que el Espíritu Santo comience a trabajar esa área en tu vida y que la lleve a un nivel donde Dios sea glorificado.
Aquí algunos consejos:
- Debemos pedir perdón a Dios y orarle que nos ayude a ser sabias con nuestras palabras o con lo que oímos.
- Memoriza y practica estos versículos: Efesios 4:29 que dice ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Colosenses 3:17 que dice todo lo que digan, háganlo como representantes del Señor Jesús.
- No cuentes el secreto de nadie. Pero tampoco te deleites en escuchar. Ambos son pecaminosos.
- Hay frases que nos pueden confundir. El chismoso suele decir: no lo digo por mal, me quiero desahogar, es para que oremos, es para que veas que tengo razón, etc. Cuando oigas eso, ALEJATE.
- Si tienes una amiga que le gusta hablar de su prójimo, hazle saber que tu no lo harás y así esa persona tendrá cuidado de hacerlo contigo. De hecho, al decirle esto, le modelaras a Cristo.
- Antes de hablar o escuchar hazte la pregunta de cuál es la verdadera intención con la que se está divulgando eso. Cual es el propósito detrás aun sea verdad lo que se dice.
Dios nos ayude, ya sabemos que es pecado, ahora rogar que podamos con la ayuda del Espíritu Santo tener ese cuidado, que cuando caigamos no lo veamos deleitoso, sino que sintamos el dolor de haber fallado a Dios y cambiar de dirección. 😊