
Laura tenía alrededor de 24 años, se había propuesto tener un novio para cuando cumpliera sus 25, ella entendía que era una necesidad, un requisito de vida que debía llenar, todos sus esfuerzos estaban centrados en alcanzar esa meta, como faltaba poco para cumplir 25 años, debía darse prisa, por lo que no tenía una gran lista de estándares, ni cualidades que esa persona debía tener.
Ya sea por la presión de grupo; por el mensaje de nuestra sociedad que dice que debes tener una relación de noviazgo o matrimonio antes de cierta edad, de lo contrario estas “quedada”; o por el deseo de estar con alguien y satisfacer la necesidad de romance, Laura olvido lo más importante, perdió de vista a aquel que todo satisface.
La Biblia dice que el corazón es engañoso (Jeremías 17:9) y este nos hace pensar que necesitamos de alguien para ser feliz o para estar completas, nos lleva a creer las mentiras que nos ofrece el mundo, y nos conduce a desenfocarnos de la verdad.
Nancy DeMoss Wolgemuth mencionó en uno de sus programas que:
El corazón de todo pecado es creer que algo o alguien me va a satisfacer de una manera que Cristo no lo hace.
Si bien es cierto que las emociones, sentimientos y romance son reales en nosotras, Cristo puede satisfacer todas nuestras necesidades, mientras nos enfocamos en alcanzar algo con tanta vehemencia le estamos diciendo a Dios que esa búsqueda implacable es más importante que crecer en el conocimiento de Su hijo Jesús, que eso que tanto añoramos ocupa un mayor espacio en nuestros corazones.
El no conocer a Cristo nos hace pensar que El solo puede satisfacer ciertas necesidades, pero aquellas que tienen que ver con el amor, Él no es suficiente, sin embargo el mayor ejemplo de amor lo tenemos en Cristo Jesús, no esa imitación barata de amor que nos ofrece Hollywood, centrado en una misma y en los sentimientos; desde el inicio, las escrituras apuntan a un amor sacrificial, servicial, de pacto, un amor que redime, que transforma. ¿Existe algún otro amor más satisfactorio que este?
No existe uno más romántico que nuestro Señor y alguien que sienta un amor más grande que el de Él por Su pueblo, en los capítulos 54 y 62 del libro de Isaías se describe ese amor apasionado, profundo, intenso, un amor que no calla, que no descansa, un amor eterno, así es el amor de Cristo por Su Iglesia, quien espera a Su novio para la celebración de la gran bodas del cordero y así disfrutar para siempre de la presencia de su amado.
Mi amada joven, tu no necesitas de un novio para satisfacer tus necesidades, Cristo puede hacerlo aun en esas maneras que piensas Él no puede hacerlo, Él es tu hacedor, tu redentor, quien te ha amado con amor eterno. Entrega a Él tu deseo de romance, tu necesidad de ser amada, tu anhelo de estar en una relación de pareja, enfoca todos tus esfuerzos en buscarle a Él, en conocerle, en amarle; cuando le des a Él, el primer lugar en tu vida, Él se encargará de proveer para ti una pareja para que juntos cuenten al mundo Su historia, a Su tiempo y conforme a Su voluntad. Encuentra satisfacción en Cristo Jesús.