No cometerás adulterio

27 Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio.” 28 Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.

Por lo general cuando escuchamos sobre el adulterio pensamos solo en la parte física, ignorando el hecho de que este comienza en el corazón y cuando nosotras establecemos un vinculo emocional con un hombre que no es nuestro esposo, también cometemos adulterio.

Esto es exactamente lo que Jesús esta enseñando a Sus discípulos, El comienza la oración haciendo alusión a uno de los diez mandamientos dados al pueblo en Éxodo 20 y Deuteronomio 5 Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio.” (v. 14) Como vimos en el artículo anterior cuando Jesús dice ¨Habéis oído que se dijo¨ El no estaba modificando los términos de la ley, mas bien Su intención era corregir la comprensión rabínica, la cual se había reducido solo a la parte física, y es por esto que El añade:

Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. (Mat. 5:28) En nuestro caso sería: cualquier mujer que mire a un hombre para codiciarlo…  De la misma manera en la que podemos cometer homicidio con nuestras palabras, también podemos cometer adulterio con nuestros pensamientos y corazón.

Para ser aún más específica esta no es una mirada para apreciar sus bondades físicas, se refiere al despertar de un deseo íntimo con esa persona. Tal vez pienses que nunca has mirado a otro hombre deseando estar con él en intimidad, sin embargo, hay algunos indicios que se convierten en adulterio emocional y eventualmente en adulterio físico.

Señales de adulterio emocional

  • Conversar sobre temas íntimos con otro hombre que no es tu esposo.
  • Desear pasar tiempo con esta persona e idealizarla.
  • Compartir contenido (fotografías personales) vía redes sociales.
  • Salir o estar a solas a propósito.
  • Crear espacios que promuevan la intimidad (la practica de algún deporte, gimnasio, cine, museo, teatro, entre otras)
  • Desarrollar un sentimiento de apego o necesidad.
  • Compartir obsequios.

En muy raras ocasiones las personas que han caído en el adulterio lo hicieron de la noche a la mañana, por lo general existen señales de advertencias, pequeños síntomas que nos hacen saber que necesitamos correr a Cristo en busca de misericordia y sanidad para nuestro corazón y matrimonio.

Manifestaciones en nuestra relación matrimonial

  • El deseo de intimidad física y emocional disminuye.
  • Se torna un ambiente de tensión, descontento y desacuerdo.
  • Surgen las excusas para estar separados.
  • Se hacen frecuentes las criticas y comparaciones.
  • Salir a recrearse solos se vuelve aburrido.

Estas son solo algunas manifestaciones, podría haber más, pero es un hecho que nosotras debemos permanecer vigilantes en contra del pecado y no permitir que nada contamine nuestro lecho matrimonial, como nos dice Hebreos 13:4

Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.

Nuestro enemigo (satanás) es muy sutil, nos engaña con sus falsas promesas de felicidad, nos tienta con lo agradable que se siente atraerle a alguien más, nos motiva a consentir ese sentimiento y ser participe, nos miente con la promesa de que seremos entendidas por esta persona, amadas profundamente, respetadas, protegidas y provistas, pero sus ofertas no son más que un placer momentáneo que traen consigo consecuencias profundas y duraderas, consecuencias que deshonran a Dios, que provocan dolor en el corazón de nuestro conyugue, que hieren a los hijos y nos envuelven en la vergüenza y esclavitud.

Mi querida hermana, si identificas algunas de estas señales en tu vida ¡corre, huye, escapa! Aun estas a tiempo de cometer algo atroz, no racionalices con el pecado, arráncalo de raíz.

29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.

En esta parte Jesús no nos está dando permiso para la automutilación, no es algo literal, de hecho eso no resolvería el problema del adulterio, pues este es un asunto del corazón. Él está mostrando de manera gráfica lo serio que es el adulterio, y que sería mejor perder un miembro del cuerpo que sufrir las consecuencias eternas que provocaría. Es decir, si eres tentada por lo que ves, niegate a mirar; si tu tentación llega a través de tus manos, por algo que haces, entonces no lo hagas mas. En otro pasaje Jesus mencionó esta misma hipérbole y allí añade los pies, es la misma aplicación, si la tentación toca tu puerta por un lugar específico a donde vas,  pues no vallas mas. Si, es cierto, tendrás que negarte a disfrutar de ciertas experiencias, pero mas vale evitar esos placeres temporales, que perder la vida eterna.

Aquí te comparto algunas medidas a considerar:

  • Recuerda que has sido redimida del pecado, ya no sirves en esclavitud a satanás. La sangre derramada en la Cruz del Calvario te ha hecho libre de la servidumbre del pecado, no tienes porque vivir bajo su yugo. ( 3:23-25; Gal. 5:1; Rom. 6:11-13)
  • Ve ante el Señor en oración y arrepiéntete de tu pecado, no luches sola, El ha prometido estar contigo hasta el fin del mundo. Mat 28:20
  • Se honesta con tu esposo y coméntale tu lucha, pídele perdón, oren y hagan un plan de acción juntos, vallan a consejería. No tengas temor por la falta de perdón, díselo y ora, ora todo el tiempo, no existe un conflicto tan grande que el Señor no pueda restaurar. Él puede hacer todas las cosas nuevas, solo confía.
  • Corta toda relación y contacto que tengas con ese hombre, si tienes que cambiar tu numero de celular, hazlo.
  • Si es un compañero de trabajo limítate a tener solo el acercamiento necesario y exclusivamente del ámbito laboral, igual si es un hermano de la Iglesia.
  • Si por alguna razón coinciden, evita quedarte a solas con él.
  • Involucra a una mujer cristiana y piadosa que pueda darte seguimiento y permanecer en oración por ti y tu matrimonio.
  • Mantente vigilante todo el tiempo, nunca consideres que eres lo suficientemente fuerte como para no caer en el pecado (1 Cor. 10:12) Ninguna mujer se encuentra exenta de ser tentada a coquetear con otro hombre. El pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo. ( 4:7b) Guarda tu corazón engañoso, protege tu matrimonio, permanece fiel.

No olvides tu compromiso de fidelidad, primero a Dios y luego a tu conyugue. Recuerda que el adulterio en primer lugar es un acto de rebelión contra Dios, y luego provoca una herida profunda en el corazón de esa persona con quien hiciste un pacto mientras la vida perdure y por último afecta el testimonio de la Iglesia de Cristo ante aquellos que observan.

Procura amar bien a tu esposo, de manera que cada día halles deleites en su amor. Independientemente de que tengan una relación de corto o largo plazo, tengan hijos o no, invierte en ella, mantén la chispa, dale prioridad a tu esposo, dale importancia, atiende sus necesidades, planifica actividades diferentes que los saquen de la monotonía, conversa con él acerca de tus necesidades emocionales, esto te ayudará a evitar la tentación y salir a buscar lo que entiendes el no te ofrece en otro lugar.

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