Sumisión: El resultado de estar llenos del Espíritu Santo (5ta Parte)

La evidencia de una vida llena del Espíritu Santo es que nosotros como cristianos nos sometemos a las autoridades puestas por Dios. Todos debemos abrazar este principio Bíblico, unos ejerciendo su liderazgo con amor y los otros respondiendo a el con respeto y determinación. En Efesios 5:22-33 vimos que esto se debe dar dentro del matrimonio. En Efesios 6:1-3 se debe dar en los hijos y hoy veremos como la sumisión y el liderazgo se debe dar en los padres,  los siervos y amos.

El Señor se dirige a los padres: 

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor. Efesios 6:4

Los padres son los responsables de criar a sus hijos. Esto no está relegado a otra institución, entidad o persona. Esta porción de la biblia tiene tanto peso en nuestros días, porque cuantos niños, hijos abandonados, porque esto no es lo primordial en los hogares. Los hijos son una encomienda del Señor y nosotros somos mayordomos de lo que Dios ha puesto en nuestras manos. En este versículo la Biblia enseña que los padres, sobre todo al que es cabeza del hogar, primero debemos criar a los hijos es decir, proveer para sus necesidades, pero no solo para las materiales como muchos hoy en día solo se enfocan. Es una provisión y un cuidado que logra en el hijo un bien mayor en sus cuatros áreas o de manera integral (Lucas 2:52).

Segundo, ese cuidado se debe hacer en la disciplina y amonestación del Señor. Cuando investigamos el original de estas dos palabras entendemos que a lo que la Biblia se refiere es a la intencionalidad que ponen los padres en entrenar a sus hijos en cuanto a su carácter, actitudes y aptitudes para que vivan de una manera que agrade a Dios, y al mismo tiempo estar atentos para corregir cuando sea el momento. Esto es muy contrario a querer sobrepasar la línea de la disciplina o crianza, el provocar a ira. Aquí cabe también la impaciencia o el ser severos sobre todo en lo que se trata en la instrucción cristiana. La corrección y disciplina debe ser compasiva teniendo como expectativa lo que Dios desea o espera para nuestros hijos y no lo que nosotros queremos.

El Señor se dirige a los siervos:

Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo;  no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios. Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. Efesios 6:5-8

Siervos aquí se refiere a esclavos. En la época de Pablo el imperio Romano la esclavitud era parte del estilo de vida de esos días. Es bueno destacar aquí que si bien es cierto había abusos hacia algunos esclavos, también habían amos respetuosos. Habían esclavos con malas conductas también (Filemon 1:10-11). Dios no está jamás de acuerdo con el abuso ni con el maltrato ni el denigrar a un ser humano o rebajar su dignidad (Exodo 21:1-11), pero en esa época la esclavitud era todo un sistema donde había un empleador y un empleado. La enseñanza aquí de Pablo es mostrarle a este grupo de personas como deben relacionarse. Si recordamos la sumisión o las líneas de autoridad no hablan de desigualdad, de hecho la Biblia es clara de que ante Dios nosotros somos iguales (Gálatas 3:28), sino que Dios usa esto para mantener el orden en nuestra sociedad y en este caso en el ambiente laboral.

Aplicando eesto a nosotras hoy en día, debemos escuchar y hacer, pero siempre con respeto y con sinceridad de corazón (v.5). Obedecer aún cuando no estamos siendo vistas por nuestro empleador (V.6). La actitud siempre debe ser con la intención de mejorar cualquier situación aún cuando es injusta (v.7). El mal se vence con el bien (Romanos 12:21), y el principio de obediencia no se ve afectado por lo bueno o malo que sea el jefe. Esto servirá de testimonio o a la causa del Evangelio (Tito 2:9-10) y al final siempre habrá una recompensa de parte de nuestro Dios (v.8).

El Señor se dirige a los amos:

Y vosotros, amos, haced lo mismo con ellos, y dejad las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de vosotros está en los cielos, y que para El no hay acepción de personas. Efesios 6:9

En el caso de los amos es lo mismo que el mismo principio cuando se dirige a los padres, o el de los esposos. El liderazgo no es uno de maltrato o abuso, sino que la actitud de ellos siempre debe ser también piadosa o santa. Cuando ambos, hacen lo que la biblia manda, se producirá el balance correcto. Los empleadores deben buscar el bienestar de sus empleados. Deben hacer lo mismo, tratar con respeto, servirles como nuestro Amo que estuvo aquí en la tierra y vino a servir (Mateo 20:28). Si está siendo lleno del Espíritu Santo, un empleador jamás será abusivo, nunca querrá usar a los demás para sus beneficios personales de manera egoísta, no usará la amenaza, ni la intimidación. Al contrario, colaborará para el desarrollo del otro, alentará y estimulará.

Concluimos esta sección de Efesios 5:21-6:9 diciendo que la base de toda buena relación se trata de sumisión en el temor de Cristo. Si nos fijamos en cada uno a quien Pablo se dirige en estos versículos, vemos que todo es en el Señor, de Él viene nuestra fuerza y fortaleza, Él es quien produce todo bien en nosotras, Él es  quien da la sabiduría para impartirla a otros. Todo es para el Señor, nosotras nos debemos a Él porque es nuestro Padre y tenemos un agradecimiento inmenso por lo que ha hecho, así que al final lo hacemos por esa gratitud y para Su gloria, no importando en qué posición descrita más arriba nos encontremos.

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