Sumisión: El resultado de estar llenos del Espíritu Santo (4ta Parte)

¿Queremos tener relaciones saludables? Creo que todas lo deseamos. La carta de Efesios me ha hecho ver y entender que no son técnicas de relaciones interpersonales que podamos aprender en una universidad o institución secular lo que nos ayudara a lograrlo de una manera excelente. No menosprecio dichas técnicas, la podemos usar, pero realmente al final estas se quedan cortas cuando se trata de agradar a Dios y de que las mismas sean permanentes.

Vivimos en un mundo caído, nosotros tenemos lucha con el pecado, nuestro corazón es engañoso y venimos con un marcado orgullo y egoísmo producto de dicha caída y que siempre saldrá a flote si no están dominados. Aparte de esto, tenemos un enemigo que promueve abiertamente y lucha por la destrucción entre las personas. Nosotros necesitamos algo poderoso y sobre natural para alcanzar eso que tanto anhelamos.

Dicha carta nos recuerda como Dios nos ha liberado de nuestro pecado, como nos ha transformado y ahora andamos dignamente en este llamamiento santo. Hay una nueva forma de vida porque la transformación ha sido desde adentro hacia afuera.  Ahora, tenemos en nosotras el Espíritu Santo e intencional y deliberadamente debemos dejarlo a Él que nos controle e influencie de manera permanente (Efesios 5:18).

Esta sumisión diaria a Él produce en nosotras un estilo de vida como el de Cristo, en especial en la manera como nos relacionamos con los demás. Él se sometió al Padre, nosotros debemos hacerlo con los demás. Las líneas de autoridad deben ser respetadas. Así que la sumisión, no es un concepto anticuado, para el creyente es un principio fundamental (Efesios 5:21) y solo se logra muriendo a mí yo y dejando que Él viva en mí. Nuestras relaciones interpersonales son permeadas por el amor que sentimos por Cristo Jesús y esto se verá evidenciado en la manera como amamos y respetamos a los demás  (1Juan 4:20).

Teniendo esto en mente, recordamos que en las secciones anteriores que hemos estudiado, la Biblia nos muestra como la sumisión influencia de manera positiva el hogar, donde comienza todo, donde comienza nuestras primeras relaciones. Vimos cómo debe ser la relación entre esposo y esposa. Ahora continúa con los hijos y los padres. Luego hace un cambio fuera del hogar, entre siervos y amos.

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El Señor se dirige a los hijos (Efesios 6:1-3)

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.  Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra.

La palabra hijo en este versículo se refiere a cualquiera que en una edad razonable  entienda el mandato. La palabra obediencia en este versículo viene del griego hupakouo (someterse) la cual es igual a escuchar, entender. Es un imperativo que da la idea de ir debajo, de estar atento y escuchar con atención lo que dicen los padres y luego hacerlo. Ahora bien, la manera de hacerlo es con honra, esta es la actitud que va más allá de la acción. Esta palabra honra denota reverencia, respeto, pero sobre todo amor por nuestros padres. Para el que hace esto, hay una recompensa que trae con ello, excelente calidad de vida. Dice John MacArthur:

“Un hijo que honra a los padres disfrutara de una calidad de vida rica y plena. Esa es la promesa de Dios. También hay una promesa de una cantidad de vida, para que puedan vivir mucho tiempo en la tierra. ¿Qué significa eso? Significa que la vida de los hijos no se verá truncada por alguna disciplina divina. Vivirán una vida plena dentro del propósito de Dios”.

Acompáñanos el próximo Jueves para que estudiemos juntas la conclusión de esta sección. Si aun no has visto los temas anteriores sobre este estudio de la carta a los Efesios, aquí te dejo los enlaces:

Nuestra posición en Cristo (1ra parte) 

Nuestra posición en Cristo (2da parte)

Nuestra posición en Cristo (3ra parte)

Nuestro andar en Cristo (1ra parte)

Nuestro andar en Cristo (2da parte)

Nuestro andar en Cristo (3ra parte)

Viviendo bajo el control del Espíritu Santo (Efesios 5)

Sumisión: El resultado de estar llenos del Espíritu Santo (1ra parte) 

Sumisión: El resultado de estar llenos del Espíritu Santo (2da parte) 

Sumisión: El resultado de estar llenos del Espíritu Santo (3ra parte) 

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