Sumisión: el resultado de estar llenos del Espíritu Santo (2da parte)

En el estudio de la carta a los Efesios he encontrado datos tan interesantes que nos permiten tener un conocimiento más amplio de lo que el Señor nos quiere enseñar para transformar nuestras vidas. Algo interesante que destacar y que no sabía, es que Pablo escribe a personas que no creían o no vivían ninguno de estos principios. La cultura en los tiempos que el imperio Romano gobernaba era muy parecida a la nuestra. Era una cultura politeísta, desordenada, se emborrachaban para invocar a sus dioses, por eso les escribe que no se embriaguen con vino; una cultura que no valoraba a la mujer, que menospreciaba a los niños, los esclavos eran tratados casi como animales, increíblemente había muchos divorcios, etc. En medio de esto, el Señor inspira a Pablo para abordar estos temas en el capítulo 4 al 6, quizás chocantes para ellos, pero revolucionarios en el sentido del cambio de estilo de vida que implicaba seguir el cristianismo.

En ese contexto Pablo introduce el tema de la sumisión mutua, enseñándoles de parte de Dios que es una evidencia de la llenura del Espíritu Santo (Efesios 5:21). Dios en su soberanía elige a determinadas personas para que ejerzan autoridad para ser representado por ellas (Romanos 13:1). Toda autoridad delegada por Dios dirige y mantiene el orden en la esfera donde sea colocado. Por lo tanto, Pablo les enseña a someterse y ser obedientes a dichas autoridades.

En los siguientes versículos se habla de la sumisión también, pero en el contexto de la familia o el hogar. La familia debe reconocer también los roles que cada uno juega en ella para funcionar a la manera como la definió Su creador. La familia es una institución que, como toda, tiene una autoridad quien dirige y en este caso es delegada por Dios. Debemos respetar ese orden para mantener la estabilidad en ella.

El termino igualdad el cual está de moda en nuestros días, se ha confundido y tergiversado. Es una filosofía humanista que busca depravar lo que Dios ha determinado para la familia. La igualdad en el ser humano es en cuanto a dignidad, pero en roles somos muy diferentes. Por eso es importante abrazar estos principios pues si nos detenemos a pensar por un momento las consecuencias que la humanidad ha venido sufriendo por despreciar la Palabra de Dios nos daremos cuenta de que el caos y el desorden ha arropado todas las esferas de nuestra sociedad, incluyendo la familia.

El Señor se dirige a las esposas.

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es Su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.  Efesios 5:22-24.

Nosotras debemos someternos a nuestros esposos como al Señor (v.22). ¿Recuerdan la palabra que vimos anteriormente huppotaso (someterse)? Significa alinearse bajo, es decir, ponerse en un rango inferior. Sé que esta palabra da un poco de miedo, o suele ser rechazada, pero te explico hermana que la Biblia:

  • No está hablando en contra de nuestra dignidad, valor, honor o esencia. Nosotras fuimos creadas a imagen de Dios.
  • No nos está degradando o poniéndonos en un segundo plano como la cultura Romana, sino que nos está hablando en cuanto a nuestra función o rol.
  • No nos dice que debemos ser dominadas de manera egoísta.
  • No nos dice que no desarrollemos nuestros talentos o habilidades dados por el mismo Dios.
  • No nos enseña que no sirvamos o desarrollemos algún ministerio
  • No nos dice que somos esclavas, que no tenemos decisiones, derechos o voluntad.
  • No es dejarnos violentar o abusar física o verbalmente de nuestros esposos. No es una obediencia con miedo a ser rechazada o maltratada. El abuso no es el liderazgo bíblico. Un esposo tiene como modelo a Cristo. Es en amor que ejerce su liderazgo.

Este sometimiento al cual nuestro Diios se refiere es algo que lo hacemos de manera natural y en respuesta al liderazgo amoroso de nuestros esposos. La esposa sabe que su matrimonio es una relación íntima y personal donde hay devoción mutua. Y la razón por la que lo debemos hacer es sencilla: el esposo es la cabeza (v. 23). Al hacerlo estamos reconociendo y honrando la autoridad delegada por Dios que es lo mismo que respetar el liderazgo y las decisiones que él toma, pero no sin nuestra participación sino siendo una ayuda idónea y animando. No es una competencia de poder la que llevamos, sino que tenemos un entendimiento claro de que somos el complemento de nuestros esposos. No actuamos de manera independiente, sino que nos guiamos y respondemos a la dirección que ellos nos dan.

Miren como lo dice el pastor John Piper:

“La Sumisión es el llamado divino de una esposa a honrar y afirmar el liderazgo de su esposo y a ayudarlo de acuerdo con los dones de ella. Es la disposición de seguir la autoridad de un esposo y la inclinación de ceder a su liderazgo. Es una actitud que dice, “Me deleito porque tú tomas la iniciativa en nuestra familia. Soy feliz cuando tú tomas la responsabilidad de las cosas y diriges con amor”.

Si te fijas según el pastor la sumisión es:

  • Honrar
  • Afirmar
  • Ayudar
  • Ceder
  • Disposición
  • Poner al servicio tus dones
  • Es una actitud deleitosa de un corazón redimido
  • Es un gozo

¿No es esto digno y honroso? ¿Qué de denigrante tiene todo esto? ¿No se parece a Cristo y su actitud ante el Padre de someterse?  De hecho, tenemos un modelo a seguir, nosotras nos sometemos como la Iglesia lo hace con Cristo (v.24). ¡¡Que hermosa comparación!! Pablo nos dice que el modelo para poder comprender como funciona la relación en el matrimonio entre el hombre y la mujer es la relación entre Cristo y la Iglesia. Ella sabe que fue redimida y por lo tanto está sujeta a la voluntad de Cristo.

Hermanas, después de leer esto es bueno que meditemos en la Palabra y si eres casada te invito a orar pidiendo al Padre que:

  • Nos ayude a confiar en el diseño de nuestro Dios quien es perfecto.
  • Que seamos cada día y continuamente llenas del Espíritu Santo para seguir en amor y sumisión a Su voluntad para nuestras vidas.
  • Que podamos cumplir nuestro rol de esposa. Que lo levantemos y lo veamos como algo digno.
  • Que rompamos con todo lo que es contrario a una falsa igualdad que el mundo nos ha vendido y que cuando venga la confusión digamos sea Dios veraz y todo hombre mentiroso.

Dios te bendiga!

2 comentarios sobre “Sumisión: el resultado de estar llenos del Espíritu Santo (2da parte)

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