
Es muy importante, sobre todo ahora, cuando más necesitamos romper con paradigmas o muros que se han levantado en cuanto a las relaciones interpersonales. Vivimos en una sociedad donde se estimula el individualismo, el irrespeto a la autoridad por estar detrás de una falsa libertad, no se quiere ceder el control ni mucho menos rendir cuentas.
En los capítulos 4 al 6 de la carta a los Efesios, se nos enfatiza mucho el andar del cristiano. La palabra andar aparece 7 veces en esta carta. Se nos consuela que para lograr vivir de la manera que agrade a Dios, tenemos en nosotros el Espíritu Santo, no estamos solas, El mora completamente en ti y en mí.
Recordando un poco del tema anterior, sobre la llenura del Espíritu Santo, aprendimos que esto es un mandato que se nos da, es algo constante y progresivo y que no es una experiencia emocional sino un conocimiento profundo de la Palabra de Dios para estar totalmente bajo Su control.
Siguiendo con Efesios 5:21–6:9, la palabra que salta a la vista inmediatamente cuando leemos es la Sumisión, la cual es un resultado de estar llenas del Espíritu Santo. «Someteos unos a otros en el temor de Dios«(v.21) es un mandato y es la manera como la vida cristiana se debe vivir. Esta es la forma que debe reinar entre los creyentes, no importa quien sea, en todas las relaciones de la vida.
La palabra sumisión se traduce de la palabra griega hupotasso. Hupo significa debajo y tasso significa organizar. También se traduce como sujeto o sujeción. Según esta traducción el significado sería: poner debajo, estar sujeto, o estar bajo la obediencia de.
Ahora quiero que me respondas ¿Qué sucedería si cada quien decide no someterse a las autoridades? ¿Si Los alumnos no quieren someterse a los maestros? ¿Los colaboradores a sus supervisores? ¿Los ciudadanos a las autoridades gubernamentales? Pero aún más serio, en el marco de la familia, ¿Qué sucedería si los hijos no se someten a los padres? ¿Si la esposa no se somete a su esposo?
Piensa por un momento el caos que esto sería o en la anarquía que se viviría. Realmente hoy en día estamos sufriendo los estragos de la falta de sumisión y es que este concepto en este tiempo suena a ofensa, porque se ha malinterpretado, es sinónimo de debilidad, humillación, inferioridad, opresión, despojo de la personalidad, bajo autoestima, etc. La sumisión ha sido tergiversada porque las autoridades puestas por Dios han abusado de su liderazgo. Los hombres han sido machistas, abusivos y dominantes y como consecuencia las mujeres se han levantado en contra de eso.
Hemos vivido épocas de esclavitud donde los amos han maltratado a otros seres humanos iguales que ellos, vemos padres irresponsables que maltratan a los hijos, gobiernos dictadores, etc. Entonces es normal del ser humano rebelarse contra todo lo que coarta su “libertad”. También no ha de sorprendernos que el mundo tenga problema con este concepto porque su primera rebelión o falta de sometimiento es con Dios. Tampoco entienden lo que Dios ha dicho de nosotros los seres humanos: somos iguales en valor, creados a la imagen de Él. Diferentes en nuestros roles, pero iguales en dignidad.
Dios mismo creó este concepto de sumisión. Estuvo en Su mente desde un principio y lo ha modelado en la persona de Su Hijo Jesucristo quien se sujetó al Padre (Juan 6:38; Lucas 22:42). Él es el modelo de la vida cristiana (Filipenses 2:5-11). Dios estableció un orden en Su iglesia, en el hogar, en el gobierno, trabajo etc. Todo el mundo tiene que estar bajo la sumisión a una o más autoridades humanas en sus vidas (1 Pedro 2:13). Se basa en el amor y realmente lo que trae es armonía en vez de desorden y caos. De eso se trata, de orden, para nuestro propio bien y para protección.
En este sentido hermanas, debemos tener nuestra mirada en Dios. Primero someternos a Él de manera voluntaria y creer que Su Palabra es infalible y perfecta, que Él es veraz. Muchas veces nos sentiremos tentadas a reclamar nuestros derechos porque cada día vamos siendo atacadas con la mentalidad de hacer las cosas a nuestra manera.
Obedece a Dios aun cuando los que están puestos en autoridad parece que no están tomando la mejor decisión. Confía en que Dios está dirigiendo a esa persona, tu esposo, tu padre, tus pastores, etc. Con esto no quiero decir que si alguien en autoridad va en contra de la Palabra de Dios y te quiere hacer pecar, o te maltrata o abusa, tengas que permanecer en sumisión. Le debes respeto pero no obediencia. Con esto no quiero decir tampoco que no hay derecho para hablar, se puede hacer siempre con respeto, pero al final la decisión la hará el que está puesto en autoridad.
Aquí algunas recomendaciones:
· Elige someterte humildemente y de manera respetuosa (1 Pedro 2:13)
· Ora por los líderes que Dios ha puesto sobre ti (1 Timoteo 2: 1-2)
· Ora por ti misma para que cada día Dios ponga un corazón sumiso y humilde en la medida que seas llena de su Espíritu.
- No te opongas a los líderes que Dios ha colocado de manera soberana en tu vida (Filipenses 2:14)
· Como mujeres estamos llamadas a animar, alentar y apoyar. Usa ese don que Dios te ha dado.
No crean hermanas que este tema es tan fácil de abordar, muchas quizás como yo, tenemos cada día que luchar para someternos. Como siempre he dicho, nos programan desde que nacemos, por un lado para revelarnos contra la autoridad o por otro lado para sujetarnos de manera no bíblica. El tema de la sumisión en estos versículos es muy confrontador y me lleva a ver mi corazón y todo lo que hay que ordenar en él. Pero gloria a Dios por Su Palabra que está ahí para guiarnos a toda verdad. Oro para que así como he sido confrontada, tú también puedas ver la gloriosa verdad del mensaje del Evangelio que trae la verdadera libertad a nuestras vidas.
Muchas gracias hermana por compartir, un tema difícil pero muy importante, no estamos solas tal vez no muchos están de acuerdo pero el Señir nos va guiando a sus hijos por lo que él ya dijo. Solo para que sepa que es de bendición y sigamos proclamado su palabra y sobretodo viviéndola.
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PALABRA DE DIOS EN LA BIBLIA.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
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El amor es sufrido, eso quiere decir que es paciente y amable. El amor resulta imposible sin la bondad. El amor sin bondad es como una primavera sin flores, un fuego sin calor. Recordemos lo que dijo el apóstol Pablo, en su carta a los Efesios, capítulo 4, versículo 32; dice: «Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo». Usted puede notar pues, que ése es el lado positivo. Y ahora vamos a ver el lado negativo.
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