Viviendo bajo el control del Espíritu Santo (Efesios 5)

Continuando con nuestro estudio en la carta a los Efesios vamos a seguir viendo como debe ser el andar del cristiano después que ha sido comprado por un precio bien alto (la sangre de Jesús) y ahora que está en una posición de privilegio delante de Dios. Somos cristianas y como tal debemos vivir una vida que sea consecuente con este llamado. En esta carta encontramos una serie de exhortaciones para lograr que nuestras vidas produzcan esa clase de frutos que el Señor quiere. Hasta ahora hemos visto que:

 La sección que continúa nos enseña que:

  • Nosotras debemos vivir bajo el Control del Espíritu Santo (Efesios 5:18)

Antes de comenzar con lo que significa vivir bajo el control del Espíritu Santo, me gustaría que viéramos primero a la luz de la Biblia quien es Él y lo que hace en nuestras vidas. Realmente hay mucha tergiversación con respecto a la persona del Espíritu Santo. Muchos lo ven como una fuerza o un poder impersonal que está a la orden de nosotros y que se nos da o viene por partes. Pero en palabras sencillas, el Espíritu Santo es Dios. La tercera persona de la Trinidad. Él tiene todos los atributos de Dios (Génesis 1:26; Génesis 3:22; Génesis 11:6-7; Salmo 139:7-8; Mateo 28:19; Hechos 5:3-4;; 1 Corintios 2:10).

Él es una persona que se relaciona, que tiene voluntad, con una mente y con emociones. (Romanos 8:26-27; 1 Corintios 2:10; 1 Corintios 12:7-11; Efesios 4:30). Él está trabajando en el mundo para convencer de pecado, y de justicia, y de juicio (Juan 16:7-11). El coloca en la mente de cada ser humano la verdad de Dios para convencerlos de cuan pecadores son y en la medida que responda entonces se da lo que llamamos la salvación en sus vidas. Inmediatamente creemos, Él viene a morar en nosotros (Juan 7:38-39; Juan 14:17).

Él nos bautiza en el mismo momento que aceptamos a Cristo como Señor y Salvador. Esto sucede una sola vez en nuestras vidas para colocarnos dentro de la familia de la fe (1 Corintios 12:13). El hace su morada en nosotros (Romanos 8:91 Corintios 6:1920) y ha sido prometido por Jesús para que El sea nuestra Guía, Ayuda y Consolador (Juan 14:16-18). Jesús físicamente no puede estar con nosotros por eso lo envió para compensar este hecho y así llevar acabo las mismas funciones: revelarnos la verdad, mostrarnos el camino a seguir, convencernos, redargüirnos, concedernos Sus dones, llenarnos, etc.

«Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, antes bien sed llenos del Espíritu». Efesios 5:18

Volviendo a nuestro versículo, no dejemos de tener en mente  la idea que se viene desarrollando desde el capítulo 4 de Efesios  y es que nosotras no somos iguales a las personas del mundo pero para lograrlo nos da este pasaje consolador.  Si nos fijamos bien, hay un contraste en este versículo, se habla de no embriagarse (llenarse) con vino y ser llenos del Espíritu Santo. No una cosa, sino la otra. Ser llenos en este versículo no es más que ser controlados. Es rendir nuestra voluntad, nuestro intelecto, emociones e incluso nuestro cuerpo. Llenarse de alcohol o ser llenos del Espíritu Santo, ambas cosas producen un efecto pero los resultados son muy diferentes.

Primero se nos prohíbe embriagarnos. Cabe decir que la embriaguez es un pecado (Galatas 5:16-21; 1 Corintios 6:10) y no podemos tomar a la ligera lo que la Biblia nos  dice acerca del alcohol (Proverbios 23:29-35). Y aquí me quiero detener un poco, porque es muy común escuchar que los cristianos pueden tomar cualquier tipo de bebida alcohólica porque lo que la Biblia prohíbe es embriagarse. Es algo real pero siempre pienso que debemos ser sabias a la hora de hacer algo, en este caso tomar alcohol. Siempre es bueno hacernos la pregunta: ¿Esto qué hago, glorifica a Dios? ¿Por qué lo hago? ¿Cuál es la intención en mi corazón?  ¿Mi conducta da testimonio de Cristo a los demás ?

El Señor nos prohíbe el embriagarse porque si me lleno de alcohol o tomo en cantidades excesivas, me va a dominar, me inducirá al desenfreno, perderé el control, afectará mi mente, quitará toda percepción de la realidad, etc. Sin embargo y en segundo lugar, el Señor nos dice que debemos ser llenas del Espíritu Santo. Si lo hacemos, El iluminará nuestra mente, dirigirá nuestra voluntad y nuestras emociones, tendremos dominio propio, autocontrol. El estimulará en nosotras amar a Dios, obedecerle, servirle.

Ahora bien, según la Palabra, no podemos confundir la llenura con algo místico o una experiencia extrasensorial ya que lo que produce una verdadera llenura es un carácter piadoso (Hechos 6:3-5; Hechos 13:52). Los frutos que cosechamos al ser llenas lo vemos en los versículos más adelante: gozo, gratitud, comunión, sumisión (Efesios 5:19-21).

Esto no es una opción sino un mandato que todo cristiano debe prestar atención. Y más aún, aprendí que en la manera que Pablo escribió esto en el original griego, nos da la idea de que dicho mandato es algo constante, el dejarnos influenciar o dirigir por Él, es decir, es algo de todos los días, momento a momento o no podremos vivir la vida en obediencia que Dios espera (Gálatas 5:16a).

Entendiendo  los beneficios de la llenura, la misma Biblia dice lo que hay que hacer para lograrlo: Llena tu mente de la Palabra de Dios, que ella more en abundancia en ti.

Dice el pastor John Macarthur:

“Ser lleno del Espíritu es simplemente dejar que la Palabra domine mi vida. Si usted quiere saber lo que es ser lleno del Espíritu, aliméntese con la palabra de Dios; porque cuando la Palabra entra, el Espíritu tiene la verdad con la cual darle dirección y guía”.

Dice también el pastor Sugel Michelen:

Si la Palabra dirige nuestra vida, Cristo habita en nosotros más confortablemente y nosotros nos beneficiamos más ampliamente de Su poder.

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Leer la Biblia, estudiarla, obedecerla, dejar que ella nos controle en todo momento, ira formando en nosotras a Cristo. Si estamos llenas de Él, seremos y actuaremos más como Él.

Quiero finalizar diciéndote hermana que es pertinente estudiar y profundizar para conocer la persona del Espíritu Santo. Es bueno entender y tener bien claro que Él es Dios mismo morando en nosotras. Esto nos lleva a una conciencia clara de como debemos vivir para honrar este privilegio.

Al colocar este versículo en su contexto,  espero que traiga mucho consuelo a tu vida porque para vivir a la manera que Dios quiere, Él no nos ha dejado a merced de este mundo caído y de nuestra inclinación a pecar.  Hay una parte que nos corresponde hacer, seamos disciplinadas e intencionales en el estudio de la Biblia. Evitemos contristar al Espíritu  y no busquemos otras cosas para llenarnos u otra cosa que nos controle.

Dios te bendiga!

4 comentarios sobre “Viviendo bajo el control del Espíritu Santo (Efesios 5)

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