Usa con sabiduría tus recursos

Me sentía Wonder Woman. Con 18 años ya había conseguido empleo y aunque no era mucha la remuneración, este evento dio inicio a un largo proceso de aprendizaje.

Recuerdo que durante mucho tiempo me maneje con una tarjeta de crédito y no paso un largo periodo  cuando había consumido el límite de la misma. Pero no solo tenía una tarjeta, sino que también tenía una línea de celular, entre otros gastos fijos, responsabilidades en casa, salía con mis amigas, comía frecuentemente en la calle, comencé a comprarme la ropa y accesorios que me gustaban. Todo aquello que llenaba mis ojos, lo adquiría. Recuerdo haber comprado ropa y accesorios que nunca use… Créeme cuando te digo que el peso de la responsabilidad y las preocupaciones de los adultos iniciaron cuando el estado de cuentas y todas las facturas llegaron y entre primeras y segundas quincenas no lograba completar los pagos.

Había caído en un hoyo profundo que no sabía cómo salir, pero que también me avergonzaba, y lo peor: las facturas continuaban llegando.

A través de consejería financiera y la Palabra de Dios, pude salir a flote y recuperar mi estabilidad económica. Este proceso no fue fácil. Por unos cuantos años tuve que cohibirme de asistir a actividades, comer fuera con las amigas, incluso tuve que cancelar la data del celular, salir del gimnasio y también varias suscripciones por internet.

Fueron momentos muy difíciles pero de gran enseñanza para mí: aprendí a vivir con lo que tenía, valorar lo que tenía, confiar aún más en la providencia de Dios y ejercitar mi fe. También aprendí a hacer diferentes recetas, combinar mejor mi ropa, dar a los necesitados, dedicarle más tiempo a mi familia, pero sobre todo a Dios. El dinero y las cosas materiales se habían convertido en mi mayor enfoque, restándole tiempo a lo que verdaderamente tiene valor.

A propósito de que se acerca Black Friday,  diciembre, el doble sueldo y el sistema con sus ofertas y descuentos nos invaden los anuncios de Facebook y el correo, quisiera compartir contigo brevemente sobre la importancia de la mayordomía para el Señor y algunos consejos prácticos que te ayudaran a manejar mejor tus finanzas.

Para Dios las finanzas son muy importantes. De hecho, Jesús habló de dinero en muchas ocasiones: 16 de las 38 parábolas se refieren a cómo manejar las finanzas y los bienes. La Biblia contiene más de 2.350 relacionados con el tema del dinero y las posesiones. Es tan importante el tema del dinero, que incluso, si nos descuidamos, nos quita a Dios del lugar que le corresponde en nuestras vidas. Mira como lo dice 1 Timoteo 6:10: Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

En mi proceso de recuperación económica aprendí algunos principios bíblicos importantes, que cambiaron mi forma de pensar con relación a las finanzas, pero también mi cosmovisión:

  1. De Él y por Él son todas las cosas. Lo primero que debemos reconocer es que de Él y por Él provienen todas nuestras bendiciones pues Él es el dueño de todo, incluso, nosotras y todo lo que poseemos le pertenece a Dios (Hageo 2:8, Salmo 24:1, 1 Crónicas 29:12, Salmo 100:3, 1 Corintios 6:19-20). Esto incluye la bendición de tener un empleo y generar ingresos.
  2. El dinero no puede ser nuestro Dios: Lucas 16:13, 1 Timoteo 6:9
  3. No nos endeudemos y prestemos atención a quien le prestamos: Proverbios 22: 7, Romanos 13:8
  4. Seamos generosas: Lucas 6: 38
  5. No olvidemos los diezmos y ofrendas: Malaquías 3: 10, Deuteronomio 14: 22 – 23
  6. No nos angustiemos ni afanemos por el dinero, más bien confiemos en la provisión y cuidado de nuestro Padre: Mateo 6:25-34
  7. Cuidémonos de los pecados financieros:

#Citylife (24)

Todo nuestro proceder debe apuntar a Dios, y esto es precisamente lo que hacen estos principios, enfocan nuestros ojos en Jesús para que así mismo nos manejemos en todos los aspectos de nuestra vida. Ahora bien, me imagino que a estas alturas te estarás preguntando, ¿pero cómo puedo manejar mejor mis finanzas?  Este es un tema bastante amplio, pero te dejare con 3 consejos que te ayudaran a honrar a Dios a través de tus finanzas:

  1. HAZ UN PRESUPUESTO: El presupuesto te ayuda a controlar tus ingresos y gastos en un periodo determinado, ya sea quincenal o mensual. Cuando nos presupuestamos sabemos cuánto dinero recibimos, en que lo gastamos, podemos fijar metas y prepararnos mejor para las eventualidades. Cuando manejamos correctamente nuestro dinero, no preguntamos a donde se fue el dinero, sino, que lo mandamos a donde debe ir.
  1. AHORRA: Los imprevistos siempre ocurren pues no siempre las cosas van bien. De repente nos enfermamos, por ejemplo, y si no tenemos ahorros, podríamos descuadrar nuestro presupuesto. Ahorrando podemos enfrentar estas cuentas inesperadas sin salirnos de nuestro cálculo mensual.
  1. CUIDADO CON LAS OFERTAS FLASH Y LAS COMPRAS CON TARJETAS DE CREDITO: si habías presupuestado una cantidad X de dinero para comprarte unos jeans y vas a la tienda y ves un especial de 2 x 1, que excede tu presupuesto, ¿qué haces? Me imagino que lo compras para “aprovechar la oferta”, ¿verdad? Esto es muy común, pero es una mala práctica, pues terminas gastando más de tu capacidad.
  1. ¿LO QUIERO O LO NECESITO? Esta pregunta va conmigo cuando voy de compras, cuando voy a comer, a todo lugar; va conmigo siempre. Si nos hacemos esta pregunta, no al momento de pagar, sino cuando tenemos esa ropa, accesorio o menú en las manos, te aseguro que nos ayudara a tomar mejores decisiones al momento de comprar.

La biblia es clara y nos invita a ser sabias, ahorrar pero no atesorar, gastar con discreción y control y usar los recursos propios para ayudar a otros, pero con discernimiento.

Si estas envuelta en situaciones económicas así como yo estuve en mis primeros años laborales, quiero decirte que te tomara tiempo nivelarte, pero te aseguro que si aplicas estos principios que acabas de leer podrás disfrutar de la bendición de liberarte económicamente y a honrar a Dios con esta área de tu vida.

Nuestro manejo financiero también es parte de nuestro testimonio, de vivir una vida piadosa, de nuestro andar como cristianas. Por eso, es mi oración que nuestra mayor meta y tesoro estén en las cosas de arriba, en Cristo. Que Dios nos ayude a ejercitar el autocontrol, la disciplina y el dominio propio Que nuestra confianza en la provisión del Señor nos de paz y que vivamos vidas agradables a El siempre.

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.