
En la publicacion anterior, estuvimos analizando un poco el comportamiento de la mujer de estos tiempos como respuesta al alejarse de su diseño original. Estamos llamadas hoy día, a ir en contra de la cultura que impone alejarnos de lo que el Señor ya ha planeado con esmero para nosotras. Por eso queremos reconocer, a la luz de la palabra, lo honradas y lo bendecidas que somos en que el Señor nos haya dado, en uno de nuestros roles, este gran privilegio: Ser amas de casa.
Leemos en Tito 2:4-5;
“… que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, hacedoras del hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. (Cursivas y negritas añadido)
Y en Proverbios 31:27ª
“Ella vigila la marcha de su casa…” (Negrita añadido)
La palabra hacedoras tiene un trasfondo amplio. Muchas versiones de las Escrituras la describen como cuidadoras, protectoras, servidoras, trabajadoras y guarda. Todas estas palabras tienen una connotación de devoción por el hogar, tiene su corazón en el hogar y una alta inclinación a lo domestico. El diccionario bíblico lo define así: “Es el manejo eficiente de las responsabilidades del hogar”. Este concepto es, realmente, poco conocido por las chicas de las nuevas generaciones, como resultado de una cultura que lo tiene en declive.
Pero puedo decir, que lo más parecido a la semejanza en Cristo es el ser amas de casa. Palabras como abnegación, devoción, piedad, fervor, compasión, lealtad, nobleza, fidelidad y respeto son solo algunos de los baluartes que traen consigo este rol. El ser amas de casa figura de manera literal nuestras vidas cristianas y los valores que representan el seguir a Cristo. La abnegación es el primero de ellos: Cristo se negó a sí mismo para dar su vida en favor del perdón y redención de toda la humanidad. La mujer, se niega a si misma cuando sirve por amor en favor de su familia y hogar. ¡Qué gran honra!
Si aun eres una adolescente/joven o si ya eres casada y madre y has pensado en algún momento que ser ama de casa es algo pasado de moda, aburrido y poco divertido; permíteme decirte querida amiga, que el trabajo de ama de casa, parcial o a tiempo completo es uno de los más ricos, completos y también satisfactorio, diverso y sumamente creativo que puede existir, observa:
Una ama de casa ejerce de: – administradora – contadora – negociante – encargada de compras – camarera – diseñadora de interiores – decoradora – chef – animadora/payasa profesional – nutrióloga – psicóloga – doctora/enfermera – florista – escritora – odontóloga – organizadora de eventos – teóloga – maestra – atleta – músico – abogada – piloto – entrenadora personal – salva vidas – veterinaria – agricultora – urbanista – asistente – banquera – encargada del desarrollo del talento humano – periodista – agente de viajes – juez – farmacéutica – diseñadora de modas – estilista –policía – coreógrafa – consejera – bibliotecaria.
Y, el fruto del Espíritu del que nos habla Pablo en Gálatas 5:22 cobra viva cada día de nuestras vidas como hacedoras del hogar.
Nuestro norte siendo chicas cristianas debe ser vivir cada día aprendiendo cómo ser la mujer que describe Tito 2 y Proverbios 31, residir en el compromiso con la Autoridad de la Palabra de Dios y apropiarnos de nuestro diseño, al amar todos nuestros roles, especialmente el de ama de casa.
Con esto no quiero decir que no debemos estudiar, dejar de ir a la universidad y pensar en casarnos para solo cocinar, limpiar y estar embarazada…
Ciertamente, los tiempos han cambiado, los estilos de vida hogareña que hemos leído en las historias bíblicas, lo que nos cuentan nuestras abuelas y lo que vimos hacer a nuestras madres ya no son los mismos de hoy en día. No se cocina en leña, ni se lava la ropa en el río, tampoco se nos cohíbe del aprendizaje o el derecho al voto. Mucho menos es relevante pensar que lo que Pablo describe para la mujer en Tito 2 es un pensamiento machista y que el hombre es más importante que la mujer por ser el líder del hogar. El fundamento radica en la comprensión de los roles, pues Dios nos mira y ama con el mismo amor a ambos.
Nosotras podemos estudiar, tener nuestros sueños, ejercer nuestras profesiones queriendo vivirla a gran escala, pero siempre deberá ser nuestra prioridad honrar a Dios, amando nuestro diseño y siendo leal a nuestras principales responsabilidades. Ser amas de casa es nuestra profesión #1, la más relevante, la más importante, la que honra a Dios, la que trae el verdadero éxito en nuestras vidas, la que nos da la sensación de plenitud y la que trae consigo recompensas eternas.
Quiero animarte a cultivar este rol: inscríbete en un curso de cocina, aprende a coser, mira tutoriales de manualidades, ve programas de cocina y aprende recetas, haz cursos de decoración, aprende técnicas de orden en el hogar, a hacer presupuesto familiar, planes de ahorro, descubre que estilo de decoración te gusta, nunca es tan temprano ni tarde para aprender sobre la crianza saludable de nuestros hijos, lee libros que te orienten al respecto (la Biblia ante todo), aprende los lenguajes de amor de tu compañero (novio/esposo), de tus hijos, aprende sobre el reciclaje y el cuidado del medio ambiente, sigue blogueras cristianas que modelen a una ama de casa conforme a Proverbios 31:10-31; mujeres piadosas que te enseñen amor por el hogar, el esposo y los hijos.
Oremos al Señor, dando gracias por el privilegio de servir desprendidamente como amas de casa, que nos ayude a ser íntegras en el ejercicio de este rol y a testimoniar a nuestras amigas/vecinas/colegas, que siendo hacedoras del hogar somos plenas y tenemos gozo en Cristo, nuestro Redentor. Amén.
Dios te bendiga, guíe y guarde en completa paz.