Nuestro Andar en Cristo (3ra parte)

Nosotras debemos Imitar Cristo. Efesios 5:1-17

Cuantas personas tratan de imitar o copiar la vida de artistas, personalidades famosas, incluso, muchos se someten a cirugías tratando de parecerse en lo físico a la persona que admira, pero que grande es este llamado, de que seamos imitadores de Cristo. La idea que se nos presenta   aquí es que nosotras seamos una copia de Él. Dios es nuestro modelo de vida cristiana, el estándar de vida, debemos por lo tanto imitar su carácter, lo que Él hace, para entonces llegar a ser como Él es. (Mateo 5:48)

Efesios 5 comienza con la frase “sed pues” dándonos la idea de una conexión con la sección anterior (Efesios 4:17-32). Se nos exhorta a vivir de manera práctica la vida cristiana y el mandato aquí es que ¡imitemos a Cristo!

¿Cómo logramos imitar a Cristo?  Para llegar a ser como Él es, vemos una palabra  repetida tres veces: “andad” (en la Biblia hay que prestar atención a las repeticiones) y su significado nos da la idea, es más que el estilo de vida que nosotros siempre debemos asumir en todo momento y en todo tiempo si hemos abrazado la gracia de nuestro Señor Jesús por medio de la fe.

Debemos andar en amor porque Dios es amor (Efesios 5:2):

El modelo de amor que se nos da es el descrito en este mismo versículo, un amor sacrificial, un amor que no busca lo suyo propio, un amor que sirve, un amor que perdona las ofensas o las faltas que nos hacen. El amor es el motor que mueve todo, hacemos las cosas porque amamos sino no tendrían sentido. El amor es lo que nos caracteriza, de hecho, nos conocerán por eso.

Debemos andar en luz porque Dios es luz (Efesios 5:3-14):

En los versículos 3 y 5 vemos una lista de pecados que se oponen a lo anterior que se nos exhortó. Fornicación, inmoralidad, inmundicia, avaricia, etc. son actos vergonzosos y que son hechos de manera siempre egoístas todo lo contrario a cuando amamos a la manera de Dios, buscando el bien de los demás. Cuando los seres humanos práctican estos pecados, ofenden a Dios y Su santidad, pero también dañamos a otros.  Si nos fijamos esas palabras están juntas  aunque no parecen tener relación, sin embargo todas tienen un factor común y es la falta de control. Estas cosas no se pueden nombrar, es decir, un hijo de Dios no puede prácticarlas porque no heredará el Reino de Dios.

También se nos dice en el versículo 4 que debemos cuidar la forma en que hablamos. En nuestras conversaciones no debe haber vulgaridad, ni palabras necias u obscenas, ni palabras con doble sentido. Una mujer de Dios se caracteriza por hablar palabras sanas, que edifican, y que demuestran lo que hay en su corazón. Si nos llenamos de la Palabra de Dios, si cultivamos una vida de lectura de buena literatura, tanto cristiana y general, si lo que escuchamos y vemos no está cargado de sensualidad, violencia, intriga, ¿qué crees que saldrá de nuestros labios?

Por tanto, si somos luz produciremos frutos de justicia, bondad y verdad. Contrario a todo aquel que anda en tinieblas vive una vida vacía o estéril. Es imposible vivir de las dos maneras. De hecho, la luz revela lo que está en la oscuridad.

#Citylife (1).jpg

Debemos andar en sabiduría (Efesios 5:15-17): 

Contrario a andar neciamente, debemos andar cuidadosamente, precavidas, con precisión. Una mujer sabia es aquella que vive la Palabra de Dios, quien está pendiente y atenta a edificar su vida sobre la roca. Cuando obviamos estas cosas nos destacaremos por ser mujeres ligeras, impulsivas o emocionalitas y ¿cuáles crees que serán los resultados?  Debemos aplicar los principios que nos definen.

La sabiduría es vivir en la voluntad de Dios. Cuando vamos de viaje a un lugar desconocido tenemos la tendencia de prepararnos bien, incluso muchas usamos mapas para no perdernos ni salirnos de la ruta correcta para llegar seguras al lugar donde queremos ir. Nosotras necesitamos la Palabra de Dios para poder saber cuál es Su voluntad. No podemos andar por la vida de manera alocada, como dando golpes al aire. Debemos transformar nuestra mente a través de la lectura y el estudio de Su palabra, la oración; y la meditación  y así conoceremos y entenderemos su voluntad. (Romanos 12:1-2)

En las próximas entregas estaremos concluyendo el estudio de esta poderosa carta. Ora junto conmigo para que Él nos siga ayudando a poner en práctica todo lo que hemos aprendido. Realmente nos confronta, porque el estándar de vida del cristiano es incomparable, pero antes que cargarnos, o sentirnos ansiosas, recordemos las Palabras de nuestro Señor: yo completaré mi obra en ti. Pidamos en oración que tengamos un corazón dispuesto para hacer los ajustes que tenemos que hacer y que nos de gozo y alegría al momento de obedecer sabiendo que nuestro Dios es bueno, bueno en gran manera y nos da y pide lo que sabe que es mejor para nosotras.

3 comentarios sobre “Nuestro Andar en Cristo (3ra parte)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.