La vida es solo para vivirla

Nuestra sociedad hace gran énfasis en lo corta que es la vida, y nos incita a liberarnos de todas las limitaciones morales que nos impiden sacar el máximo provecho a nuestra efímera existencia. Nos motiva a vivir la vida a nuestra manera, a disfrutarla porque es solo una y a hacer todo lo que deseamos, ya que de eso se trata, de vivir la vida.

Ciertamente la vida es para vivirla, pero la pregunta es ¿Cómo? ¿De que manera debemos vivir en esta tierra? Para responder siempre será necesario ir al origen: ¿Cuál es la razón por la que estamos aquí? ¿Cuál es el propósito de nuestra existencia? Basándonos en nuestra cosmovisión cristiana, la verdadera respuesta a estas interrogantes solo se encuentra en las Sagradas Escrituras.

La Biblia nos enseña que en El (nuestro Señor y Salvador Jesucristo) fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra; y que todo ha sido creado por medio de Él y para El. (Col. 1:16)

Romanos 11:36 también nos muestra que, de Él, por Él y para Él son todas las cosas. El Señor nos creó y a El pertenecemos, por tal razón no existimo para hacer lo que deseamos, para cumplir todos nuestros anhelos ya que la vida es corta y hay que aprovecharla, Él nos creó por Su voluntad (Ap. 4:11) con un propósito eterno:

A todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho. Isaías 43:7 (Énfasis añadido)

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Esta es la razón de nuestra existencia, fuimos creadas para la gloria de Dios. Vivir una vida para Dios, glorifica a Dios y Él nos ha dejado instrucciones muy claras en Su palabra acerca de cómo vivir de este lado de la eternidad para El.

Vivir para Dios implica:

Mientras la sociedad nos empuja a vivir una vida alocada, desenfrenada, nos motiva a ir tras todos nuestros sueños y placeres, abrazando la idea de que la vida es solo para vivirla o que pronto se acaba y debes tomar todo lo que puedas de ella, la Santa Palabra de Dios nos llama a vivir para Su gloria, a seguirlo a costa de negar nuestros propios deseos y obedecer Sus mandamientos.

El rey Salomón vivió a través de sus sentidos, no se negó a ningún deseo de su corazón, trato de vivir su vida para su propio placer, pero en su reflexión final llego a la conclusión de que la única vida valiosa es aquella que teme a Dios y guarda sus mandamientos. (Ec. 12:13)

Te animo a meditar en la manera en cómo has estado viviendo tu vida, acércate a la Biblia e identifica si lo estás haciendo para la gloria de Dios o para tu propio placer conforme a las motivaciones mundanas.

Vive una vida que agrade a Dios, vive en esta tierra mirando al eterno y no olvides que los deleites de esta vida pasajera palidecen ante el gran brillo y la belleza de la majestad de Cristo y la vida eterna que Él tiene reservada para aquellos que le honran.

 

 

 

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