A pesar de tus hechos

Pensar en mi papa es decir que es un hombre de corazón humilde, sencillo y desinteresado. Un tanto reservado, bastante trabajador y disciplinado. Es un ser extraordinario y, me siento honrada de que él sea mi padre aquí en la tierra.

Sin embargo, estos sentimientos preciosos por mi padre no fueron siempre así. Durante mi niñez y adolescencia su presencia fue meramente física, pues nunca tuvimos un vínculo especial como padre e hija. En todos los momentos importantes no estuvo presente: En mis graduaciones escolares, presentaciones de danza, cuando comencé a tocar la batería en la iglesia, cuando se me otorgo algún reconocimiento, en las reuniones de padres, para corrección y disciplina o cuando me gradué de la universidad. En todo solo estuvo mi mama.

Durante mucho tiempo me sentí decepcionada de todo el género masculino, pues veía un ejemplo decadente en las acciones de mi padre. Todas mis ideas concernientes al matrimonio y al respeto del hombre como cabeza de la mujer estaban revocadas. No podía comprender cómo podría admirar, respetar y amar a un hombre que no sabe vivir de acuerdo a sus roles. En efecto, puedo decir que todas las relaciones con el sexo opuesto eran un tanto ásperas y poco gentil.

No obstante, ya en la juventud pude comprender el por qué fue así. Mi papa no tuvo una niñez a la que llamamos como “normal”; siempre trabajo muy duro, tenía una madre poco afectiva y, su papa murió cuando era muy pequeño. Esto me conmovió y de manera intencional comencé a estudiar la palabra, y muy especialmente preste atención en este texto…

 “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE (que es el primer mandamiento con promesa), PARA QUE TE VAYA BIEN, Y PARA QUE TENGAS LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA”. Efesios 6:1-3

De acuerdo con este mandato que encontramos en la Palabra de Dios (que literalmente esta en letras mayúsculas), el Señor doblegó mi razón para entender estos principios fundamentales de lo que implica honrar a papa:

1. Honrar a papa es justo. Significa darle lo que le corresponde por derecho y valor. Es mostrarle respeto y consideración, INDEPENDIENTEMENTE sí creemos que lo merece o no.
2. Honrar a papa me trae bendición. Muchas veces interpretamos que las bendiciones son solo tangibles, materiales o físicas, sin embargo la palabra bendición tiene una connotación espiritual: significa que estamos protegidas, salvaguardadas de todo mal y honrar a papa conmueve el corazón de Dios y nos santifica.
3. Honrar a papa es agradable a Dios. No hay mayor satisfacción al saber que lo que hacemos es de agrado y olor grato delante de nuestro Señor, y para El esto es tan importante que prometió alagar nuestros días y que en todo nos irá bien.

Uno de los recuerdos más memorables que tengo junto a mi papa es verme caminando al altar sujetada de su brazo el día de mi boda y escucharle, por primera vez en mi vida, decirle a mi esposo al entregarme en sus manos, lo siguiente: “Te estoy entregando nuestra joya más preciada, a quien amamos muchísimo, tienes el gran compromiso de cuidarla como la niña de tus ojos…” Me quede atónita, cuando me di cuenta estaba llorando y también vi a mi mama hacer lo mismo.

Hasta ese instante veo el favor del Señor obrar de manera preciosa en mi papa y en nuestra relación. Hoy en día nos comunicamos frecuentemente y he aprendido a expresarle mi amor al igual que el a mí, lo que me hace recordar que en eso me le parezco mucho. He aprendido a agradecerle al Señor porque le eligió como mi papa, porque le he perdonado y porque me gozo en honrarle cada día de mi vida.

Qué bueno que en Dios podemos renovar nuestro entendimiento, renovar nuestras fuerzas y reverdecer con fe y esperanza. Dios es excepcionalmente piadoso, misericordioso, amoroso y bondadoso en quien podemos acudir cuando nos sentimos decepcionadas, abatidas y desvaloradas por nuestros papas, y es muy relevante que puedas en este día recordar estas lindas verdades y decidir perdonar, reconciliar y amar a tu papa terrenal.

Dios te bendiga y te guarde.