¿Quien eres?

Si alguien te preguntara ¿Quién eres? ¿Qué responderías? La mayoría de las personas comienzan respondiendo su nombre, su profesión o el lugar donde nació. Pero, ¿Realmente estas respuestas responden a las preguntas que el ser humano a través de su existencia se ha hecho? ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es el propósito de mi existencia? Hoy, viendo el rumbo de la humanidad, el caos en el que está sumida, podemos ver que el hombre ha respondido estas preguntas basado en especulaciones y esto le ha dejado un vacío existencial.

Sin embargo, hay respuesta aunque muchos no lo quieren reconocer, se nos ha revelado el origen de nuestra existencia que a su vez define lo que realmente somos. Todo lo que ven nuestros ojos, la naturaleza, las leyes físicas e incluso las leyes morales nos hablan de un creador quien es superior a nosotros, por tanto debemos ir a Él para encontrar las respuestas que buscamos. Él se ha revelado y en dicha revelación nos ha dicho quiénes somos.

El no saber quién soy realmente, o tener una percepción personal equivocada de mi misma, trae como consecuencia una vida sin propósito, sin significado, ni esperanza. La idea de escribir este artículo es llevarnos a entender nuestra verdadera identidad. Quienes éramos y quienes somos ahora.

He entendido por la Palabra de Dios, Su revelación, que en ella se define solamente dos tipos de personas que se diferencian muy bien en sus rasgos o características. Se distinguen una de la otra: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. 1 Pedro 2:9-10.

1. Quienes Eramos

Sin Cristo estábamos en una posición horrible. Debido a la caída del hombre descrita en Génesis 3 y Romanos 5:12-21, se produjo efectos numerosos y de gran alcance. El pecado afecta nuestra relación con Dios, cada aspecto de nuestro ser y nuestro destino eterno.

Dice la Biblia que éramos enemigos de Dios por lo que hacíamos (Colosenses 1.21), éramos hijos de desobediencia (Efesios 2:2), hijos de ira (Efesios 2:3); éramos oscuridad (Efesios 5:8), éramos ovejas descarriadas (1 Pedro 2:25). Hay muchas más definiciones en la Palabra de lo que éramos y si no eres cristiana sé que esto puede ser muy desesperanzador y difícil de aceptar pero hay esperanza. Como leí una vez, “lo que se perdió en la caída se reclama en la Cruz”

2. Quienes Somos

Uno de mis pasajes favoritos lo encontramos en 2 Corintios 5:21 donde nos dice que al que no conoció pecado, Dios le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Jesus. Después de haber entendido en la condición tan terrible en la que estábamos, una nueva identidad es asignada a todo aquel que ha experimentado la gracia salvadora de Cristo, a todo aquel que ha venido en arrepentimiento y fe.

Estamos en El, o estar en El aparece 33 veces en todas las cartas de Pablo y esto nos da la idea de que le pertenecemos a Dios y esto es lo que define nuestra identidad no importa la circunstancia que estemos viviendo. En esta nueva identidad nosotros tenemos la misma relación con Dios que Cristo tiene con el Padre, nosotros somos Sus hijos! Efesios 1:5 y Romanos 8:17.

Y como pudimos ver en 1 Pedro, nuestra nueva identidad es dada por Dios. Esta es una posición privilegiada ya que se nos ha entregado atribuciones espirituales y al mismo tiempo nos diferencia del resto de las personas que no han aceptado a Jesucristo como su Salvador.

En Conclusión, cuando alguien te pregunte quien eres, ya tienes en la Palabra de Dios la respuesta a esta pregunta. ¡Somos hijos de Dios en Cristo para anunciar Sus virtudes! Esto es lo que le da sentido y propósito a tu vida.