Orando por agradecimiento y contentamiento

Como chicas, a medida que pasa el tiempo nos damos cuenta que no encajamos en el molde perfecto de lo que el mundo nos vende y, lamentablemente, compramos sus mentiras, las asumimos y surge en nosotras el sentimiento de autocompasión, terminando toda esta travesía en un corazón descontento y desagradecido, ¿No es cierto?

Leí el año pasado una frase que llamó mucho mi atención. Nancy Leigh DeMoss escribió en una de sus series llamada “Cultiva Contentamiento en tu Corazón” que “cuando me quejo, estoy diciendo que rechazo la voluntad de Dios, la autoridad  de Dios y el derecho de Dios a gobernar mi vida. El descontento es la actitud de un corazón insatisfecho con lo que Dios ha provisto.”

En otras palabras, al quejarnos negamos la providencia divina de Dios para nuestras vidas, negamos Su soberanía, la fidelidad de sus promesas, bondad, amor, protección y Su cuidado. Tomamos por sentado todas Sus bendiciones por fijar nuestra vista y anhelo en lo que no tenemos y aumenta cuando no lo obtenemos cuando queremos.

Esta descripción me hace pensar, entre otras historias registradas en la Biblia, en el pueblo de Israel. Si leemos Su historia en el libro de Éxodo, notaremos que durante 430 años estos estuvieron sometidos a esclavitud por los egipcios (Éxodo 12:40 / 1:10-14) y clamaron a Dios por su liberación. Dios los escuchó, enviando a Moisés como vocero hasta liberarlos en su totalidad (Éxodo 2:23-25).

Dios mostró Su misericordia y bondad para con Su pueblo elegido de muchas maneras, no solo después de ser liberados de la mano del Faraón, sino antes. Vamos a enumerar algunos ejemplos:

  • Dios favoreció a las parteras cuando desobedecieron la orden del Faraón de dar muerte a los nacidos de Israelitas (Éxodo 1:15-22)
  • Dios proveyó al pueblo de Israel a Moisés como su líder para sacarlos de aquella opresión. (Éxodo 3:7-10)
  • También les dio palabras de aliento y promesas durante el proceso previo a su salida. (Éxodo 6:6-9)
  • Dios sacó al pueblo de Egipto. (Éxodo 12:41)
  • De camino al Mar Rojo, Dios protegía a los israelitas con nubes durante el día para protegerlos del calor y fuego en la noche para protegerlos del frío. (Éxodo 13:21,22)
  • Los israelitas cruzaron en seco el Mar Rojo (Éxodo 14:21-31)

Hasta ahora vemos que todo ha sido de maravillas. ¿Cómo no asombrarse y adorar a un Dios tan amoroso, cuidadoso y bueno? Echemos un vistazo a la reacción del pueblo de Israel:

  • Justo antes de cruzar el Mar Rojo, los Israelitas se quejaron de la persecución de los egipcios: “Y al acercarse Faraón, los hijos de Israel alzaron los ojos, y he aquí los egipcios marchaban tras ellos; entonces los hijos de Israel tuvieron mucho miedo y clamaron al Señor. Y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿Por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: “Déjanos, para que sirvamos a los egipcios”? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto.” Éxodo 14:10-12
  • El pueblo murmuró cuando no tenía que beber y Dios proveyó de agua dulce (Éxodo 15:22-25a)
  • El pueblo de Israel murmuró nuevamente contra el Señor al comparar lo que comían en Egipto. El Señor les proveyó de maná. (Éxodo 16:1-5)
  • Los israelitas volvieron a murmurar en contra del Señor por agua y el Señor les proveyó agua. (Éxodo 17:1-7)
  • El pueblo de Israel construyó un becerro de oro para adorarle y el Señor les perdono. (Éxodo 32:1-14)

¿Puedes creer que después de Dios bendecir tanto al pueblo de Israel, estos se quejaron y desobedecieron? ¡Que mal agradecidos!

¿Puedes creer que a pesar de la manifestación del amor de Dios para con Su pueblo al suplir sus necesidades, a estos nunca les era suficiente?

¿Algún parecido con la vida real amigas? Sí, yo también me identifico con el pueblo de Israel.

La queja y la insatisfacción se ha vuelto parte de nuestra vida diaria; siempre vamos por más, queremos más. Nunca estamos conformes. Y no esta mal que tengamos metas, anhelos, deseos; lo pecaminoso entra cuando vivimos una vida inconforme al tomar las bendiciones de Dios por sentado y no agradecer por ellas a pesar de que no tengamos lo que queremos.

Es importante que sepamos que la queja trae consigo murmuración, envidia, falta de identidad, falta de satisfacción, tristeza y egoísmo. Además, la queja propicia el comparar nuestra vida anterior con la actual, perdemos la objetividad de nuestros pensamientos y acciones y se manifiesta en nosotras una actitud de descontento e ingratitud.

Cuando conocemos a Dios y estamos conscientes y seguras de Su soberanía y bondad para con nosotras podremos estar contentas en medio de las pruebas y esto traerá un corazón agradecido. Con esto no quiero decir que no vamos a llorar, ni a sentirnos tristes, pero cuando lloremos o estemos tristes, nuestros corazones estarán descansados y confiados en la fidelidad de Sus promesas y esto nos traerá paz.   

Es necesario que nos recordemos que nuestra felicidad no depende de lo que nos está aconteciendo, ni en las personas en nuestro alrededor, ni en la cantidad de cosas materiales que podamos obtener. Cuando podamos entender y asumir que nuestra felicidad está anclada en Cristo, entonces tendremos como resultado corazones satisfechos, contentos y agradecidos.

El contentamiento está basado en un fiel y amoroso Dios que nunca cambia. Nancy Leigh DeMoss.

Queridas amigas, procuremos conocer más a Dios. Un corazón contento y agradecido es el resultado de la confianza en Él. Seamos diligentes e intencionales en conocerle a través de la lectura y estudio de Su Palabra y la oración. Esto aumentará nuestra fe y confianza en Él y Sus promesas, Su providencia Divina.

Antes de que terminemos este 8vo y último día de nuestro reto de oración, quisiera que hiciéramos un ejercicio. Que tal si tomamos lápiz y papel y comenzamos a escribir las bendiciones que Dios nos ha regalado durante estos 35 días que van del año. Demos gracias por todo esto que hemos escrito mientras oramos y descansemos en la providencia y soberanía de nuestro Dios, que así como permaneció fiel a los Israelitas, permanece fiel para con nosotras hoy.

Oremos:

Amado Padre, te damos gracias por abrir nuestros ojos para ver Tu bondad y tu amor para con nosotras a través de tu respuestas a nuestras oraciones. Gracias Señor por hacernos sensibles a Tu Palabra. Gracias porque podemos reconocer que te necesitamos cada día Señor. Gracias porque eres digno de confianza; sabemos que Tu estas con nosotras y permaneces fiel. Gracias porque aumentar nuestro anhelo por ti, por Tu guianza y sabiduría. Nuestras vidas y esperanza están ancladas en ti Señor. Se Tu la razón y motivo de nuestro gozo y plenitud; que podamos siempre descansar en Ti. Padre solo queremos agradarte, permite que todo lo que hagamos te de honra y gloria. Aumenta nuestra devoción y amor por ti; que esto sea lo más importante en nuestras vidas. Gracias porque al acercarnos a ti encontramos misericordia y perdón. Gracias por Tu amor inagotable. Gracias por Tu eterna y divina providencia, estamos confiadas en tus promesas. Perdónanos por quejarnos tanto, cuando en realidad Tú nos has estado bendiciendo. Crea en nosotras un corazón limpio, sincero, transparente, puro, contento, agradecido y siempre dispuesto a obedecerte y a hacer Tu voluntad. En tu dulce nombre oramos Jesús, amén.

Versículos de Apoyo: Dios es fiel a Su palabra y a Sus promesas. Así como lo fue con el pueblo de Israel, así lo es con nosotras.

Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?” Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas. Mateo 6:25-34

No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Filipenses 4:11-12

“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Romanos 8:28

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