
Yo me gozo bastante cuando veo a adolescentes y jóvenes entregados a Cristo y viviendo a Sus pies, sobre todo en una sociedad donde el mensaje contrario a la verdad de Dios se hace tan fuerte cada día mas. Pero qué bueno es saber que El Señor Jesús preserva en medio de un mundo caído a una generación que refleja a Cristo y hace eco de Su grandeza, aquellos a quienes Él ha escogido por el puro afecto de Su voluntad, para gloria de Su nombre.
Hoy les comparto la historia de estas dos adolescentes que aman servir a Dios, y lo hacen con gran pasión.
Naomi es una adolescente de 15 años, acepto al señor a la edad de 11 años y es una miembro activo en su congregación, colabora en el ministerio de adoración y trabaja con los niños. Le gusta servir a los demás, siempre trata de estar involucrada en actividades de servicio.
Ruth es una adolescente de 14 años, acepto al Señor a los 10 y también es miembro activo en su Iglesia, le encanta componer canciones y poema, sirve en la iglesia en el ministerio de los niños y adolescentes.
Naomi es la tercera hija de sus padres. Ruth también es la tercera hija de sus padres.
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El (1 Juan 3:1).
Nosotras somos las únicas cristianas de nuestros hogares. Nuestros padres se separaron desde que éramos pequeñas y actualmente no sirven al Señor. Nosotras hemos crecido lejos de nuestros padres, lo cual ha sido muy difícil. Es sueño de toda chica tener a sus padres juntos, un padre que la aconseje, que la cuide y proteja. No tener ningún tipo de comunicación de padre e hija es doloroso, pero a pesar de todos esos sentimientos hemos aprendido a ver a Dios como nuestro padre.
Ruth: Cada vez que recuerdo el sacrificio tan hermoso que hizo Jesús por mí en la cruz, me hace sentir Su amor como mi padre.
Naomi: Dios es mi padre, Él me cuida, Él me sostiene, Él tiene todo el amor que necesito. Y sé que ese amor también será suficiente para ti querida amiga.
Recibir constantes comentarios negativos en tu hogar, tener que ser ejemplo de todos en todo y pasar por momentos difíciles sin poder contar con la ayuda de alguien de tu casa que ore contigo no es nada fácil. Pero a pesar de todas esas situaciones hemos entendido que Dios es nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio, estar involucrada en las actividades de nuestra congregación y compartir con nuestros hermanos y adolescentes en la misma condición que nosotras nos trae gozo, nos ha ayudado a estar firme.
Muchas personas que nos ven no entienden cómo es que dos adolescentes como nosotras, tan jóvenes, siendo las únicas cristianas de nuestros hogares, que no vivimos con nuestro padre y que no tenemos un guía espiritual en nuestro hogar, como es que sirven y aman a Dios sobre todas las cosas, es algo sencillo, hemos aprendido que la felicidad que ofrece el mundo es pasajera, momentánea, por temporadas, mientras que la felicidad y el gozo que Dios nos ha dado desde el día en que le recibimos en nuestro corazón ha permanecido, no ha cambiado con el tiempo o por las temporadas. Solo Jesucristo nos ha brindado ese gozo y eso es algo que no se cambia por nada.
Estar en el Señor es un deleite. En algunos momentos hemos querido volver atrás pero recordamos la paz, el gozo y la felicidad que Dios nos ha dado y créannos chicas, se nos pasa. (jeje)
Se puede ser ejemplo, se puede amar a Dios sobre todas las cosas. No importando la edad que tengas, cuantos cristianos haya en tu casa o la etapa en la que te encuentres, se puede amar a Dios.
Compártenos tu historia y edifica a otras chicas que se encuentren en situaciones similares a las tuyas!