
“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará. Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía. Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe.” Salmos 37:4-7 (NTV)
Estamos viviendo en una generación “express” en donde todos los medios nos ofrecen obtener las cosas que deseamos en un abrir y cerrar de ojos; es una generación que no puede esperar, necesita las cosas aquí y ahora porque el mundo “va muy rápido” y no podemos detenernos por mucho tiempo.
La forma en que Dios trabaja en nuestras vidas es muy distinta, en ocasiones podemos recibir respuesta inmediata de Su parte, pero en otras nos hace esperar mucho más de lo que quisiéramos o planeamos y este es un tiempo en el que si permanecemos apegadas al Señor y a Su Palabra, confiando en Él como quien permite todas las cosas para nuestro bien y crecimiento, podemos obtener grandes beneficios en nuestra vida espiritual y en nuestro caminar con Dios, como son:
-
Examinar nuestro corazón
La manera en que reaccionamos durante la espera revela mucho de nuestra condición espiritual, si en este tiempo somos impacientes, nos quejamos con Dios, no mostramos esperanza ni confianza en Él y pecamos contra Dios para obtener lo que deseamos, es una oportunidad que nuestro Padre Celestial nos da para trabajar en nuestro carácter y para santificarnos. Con la ayuda de Su Espíritu podemos detectar algunas asperezas en nuestros corazones y es un buen momento para que crezcamos en estas áreas, las cuales probablemente hubiesen pasado desapercibidas si no estuviésemos siendo procesados de esta manera. (Salmos 139:23-24)
-
Fortalecer nuestra confianza y dependencia de Dios
Aunque parezca contradictorio, en la medida en que esperamos en Dios y aprendemos sobre Su perfecto control sobre todas las cosas en nuestras vidas, podemos descansar más en Su Palabra y confiar en Su poder para obrar mucho más allá de nuestras posibilidades.
-
Ejercita nuestro discernimiento de la voluntad de Dios
Dios nunca dejará nuestras peticiones sin respuesta, puede que sea sí, puede estarnos indicando que no es el tiempo todavía o también puede decirnos que no, pero sea cual sea su respuesta, será para nuestro bien. Cuando esperamos en el Señor podemos ejercitar el discernimiento de Su voluntad y aprender a escuchar Su voz. Él siempre buscará las maneras de hablarnos y alentarnos para dejarnos saber cuál es Su voluntad respecto a lo que pedimos, pero debemos permanecer en comunión con Él y en Su Palabra para que podamos discernir cuando nos está indicando algo. (Salmos 32:8)
-
Dar testimonio y edificar a otros
Nuestra fe en el Señor en medio de la espera puede servir para la edificación de nuestros hermanos y podemos de esta manera fortalecernos los unos a los otros y cuando finalmente recibimos la respuesta de Dios, Él es glorificado en medio de Su pueblo.
En Romanos 8:28 dice que “Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que Él tiene para ellos”, así que el tiempo en que esperamos Su respuesta también sirve para nuestro crecimiento y bendición, para hacernos más parecidos a Cristo. Confiemos en Dios, confiemos en Su amor y cuidado para con nosotros, Él es nuestro Padre y conoce cada uno de los anhelos de nuestro corazón, a los cuáles ha de responder conforme a Su buena, agradable y perfecta voluntad.
Te esperamos mañana con la segunda parte de este artículo.
gracias es lo que esperaba
Me gustaMe gusta