Practica la hospitalidad

La gran mayoría de estudios sobre Maria y Marta hermanas de Lázaro, tienden a señalar las diferencias que existían entre ellas, dando la impresión de que una era mejor que la otra. Sin embargo hay rasgos que podemos aprender de cada una por separado.

Quiero hablarle acerca de Marta y Juan 12:2, nos resume una muy buena cualidad de esta mujer; Allí se dio una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él.

Señalaremos cuatros detalles de la vida de Marta que ameritan nuestra atención:

  • Su Hospitalidad y Servicio

La biblia no nos brinda muchos detalles de la vida de Marta, excepto que vivía en Betania, era hermana de Maria y Lázaro y estos era muy amigos de Jesús.

Lucas 10:38-42 nos describe claramente la personalidad de Marta:

Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! —Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.

La biblia describe a Marta como un hermoso ejemplo de anfitriona. Jesús viajaba con sus discípulos y otros seguidores, de modo que por lo menos treces personas llegaban al hogar de Marta, y ella los atendía servicialmente a todos.

Ver esta parte de la vida de Marta nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo reaccionaríamos si a nuestro hogar llegaran treces personas sin previo aviso, en busca de alojamiento y comida? ¿Qué haríamos si nuestras amigas de la secundaria aparecieran de la nada para pasar la noche en nuestra casa? ¿Es nuestro hogar o habitación limpia y atractiva? Las personas que nos visitan ¿Perciben un ambiente cordial de bienvenida?

Es probable que muchas de nosotras no estemos en condiciones de recibir a tanta gente, especialmente imprevista, pero la biblia nos enseña que debemos estar preparadas para ser hospitalarias cuando se nos da la oportunidad. Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse (1 Pedro 4:9). 

  • Su Equivocación

Marta gustosamente había recibido a la gente en su hogar, pero estaba ocupadísima preparando y sirviendo la comida. Mientras Marta trabajaba, Maria, estaba sentada a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas. Marta necesitaba ayuda, (para atender a trece personas, ¡claro que se necesita ayuda!) pero no llamo a Maria. Y aquí estuvo su equivocación. En cambio fue a decirle a Jesús que le dijera a Maria que le ayudara. Marta expresó su enojo y frustración en forma de queja.

Jesús corrigió a Marta con bondad y cariño. Sin embargo al Jesús pronunciar el nombre de Marta dos veces vemos que Jesús estaba hablando enserio. Jesús no la reprendió por el trabajo que ella hacía, sabía que ella quería que todo saliera bien para Él y sus discípulos. Más bien la amonestó por estar muy preocupada y cargada, y esto era un obstáculo para su comunión espiritual y personal con Él.

Marta ocupaba su tiempo en preparativos, quizás preparando una comida muy elaborada, cuando un plato sencillo era suficiente. El tiempo que ella hubiera podido ahorrar lo podría haber usado en aprender de Jesús a sus pies.

Mi familia es muy extensa por parte de mi padre y cuando ellos se reúnen en casa están por todos lados, antes mi madre tenía la tendencia de elaborar suculentos platos y una vez hecha la comida entonces tenía que limpiar y esto le tomaba la mayor parte del tiempo, no podía compartir en familia, no podía reírse de los chistes que hacían. Al final de la tarde teníamos que contarle todo.

¡Con frecuencia tendemos a cometer la misma equivocación que Marta!

  • Su Fe y su Testimonio

Juan registra otro episodio en la vida de Marta. Cuando murió su hermano Lázaro, en su hogar estaban dolidos y tristes. Tanto Marta como Maria habían enviado por Jesús para que sanara a su hermano. Pero Jesús no vino de inmediato, Lázaro murió. Las escrituras dicen que Jesús espero dos días después de haber escuchado que Lázaro estaba enfermo.

Cuando Jesús finalmente llegó, Marta salió a su encuentro. Ella le dijo: ¨si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto¨ (Juan11:21). Después agregó las siguientes  palabras: ¨pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas¨ (Juan 11:22). Podemos ver la Fe y Confianza de esta mujer en el poder de Jesús. Antes de entrar a la casa, Jesús sostuvo un diálogo con Marta acerca de la resurrección, que se encuentra en Juan 11:23-27:

—Tu hermano resucitará —le dijo Jesús. —Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final —respondió Marta. Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? —Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.

Este pasaje nos muestra que Marta aprendió la lección, dejó sus tareas para ir a encontrarse con Jesús. Inmediatamente encontró consuelo para su dolor. Jesús desvió la atención de Marta de su dolor hacia su persona. Y hoy en día nuestro Rey y Salvador hace lo mismo con nosotras, desvía nuestra mirada fija en el dolor que tenemos y la coloca en Él, en Su poder, en Su gloria.

Jesús le dijo a Marta: ¨Yo soy la resurrección y la vida¨. Le declaró su deidad, su poder, y su autoridad. Lo que fue verdad entonces, es verdad hoy: el único medio de obtener la vida eterna, es creyendo en el Señor Jesucristo.

Aun cuando Marta no haya comprendido todo lo que Jesús le dijo, cuando Él le preguntó si ella creía, Marta hizo una clara confesión de su fe en Jesús.

  • Su cambio de Actitud

La última vez que se menciona a Marta en las escrituras es en Juan 12:1-11. El escenario es en una cena en su casa, unos días antes de la pascua. Jesús se encuentra allí con lázaro. Marta, como siempre, estaba ocupada sirviendo. Pero esta vez hay una sensación de calma y paz. Durante esta cena, su hermana María ungió los pies de Jesús con un perfume muy costoso, pero no escuchamos que Marta se quejara.

Marta, tenía su trabajo particular, y estaba orgullosa de hacerlo bien. Era una mujer integra, que amaba ardientemente a Jesús y se ocupaba de los quehaceres para servir al maestro.

Hoy en día necesitamos chicas capaces y dispuestas como Marta, que puedan aceptar responsabilidades, en la iglesia, en la casa, centro de estudio y comunidad, siempre haciendo un servicio de corazón y para agradar a Dios, sin olvidar que debemos pasar tiempo con Jesús leyendo su palabra y hablando con Él en oración.

El tiempo que pasamos con Jesús y el que usamos en su servicio son ambos importantes, pero debemos mantenerlos en un correcto equilibrio.

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