Receta para un desastre

Unos de mis libros favoritos es el  Guerrero Herido del Dr. Steve Stephens y quiero compartir con todas ustedes uno de sus más apreciados capítulos para mí, deseando que al igual que yo ustedes puedan ser edificadas.

Desde el 2010 había estado atravesando por un proceso de aumento de peso, esto hacia que no me sintiera a gusto conmigo misma.  Cerca de esa fecha fui intervenida quirúrgicamente y esto  hizo que aumentara mas rápido de peso, para finales de mi carrera universitaria tuve un descontrol enorme en mi alimentación lo que me produjo un trastorno alimenticio, tendía a almorzar fuera de horario y para completar, lo que comía no le hacía bien a mi organismo. Pero yo realmente deseaba bajar de peso, bombardeada por los programas televisivos anhelaba tener las medidas que la sociedad nos brinda como perfectas.

Los comentarios desagradables no se hicieron esperar. Las personas a mi alrededor me criticaban porque estaba aumentando de peso, me llevaron al extremo de pensar que la vida era cruel y llegue a culpar a Dios por lo que me estaba pasando. Me convertí en una persona amargada y cada vez que alguien hacía un comentario acerca de cómo me veía, mis respuestas eran muy despectivas y sarcásticas, y me entristecía con mucha facilidad. En el fondo no era exactamente mi aumento de peso lo que me hacía sentir desdichada, más bien era la actitud que había adoptado a raíz de mi peso. Toda esta situación fue generando en mí muchas heridas que eran difíciles de sanar.

Las heridas generan dolor y oscuridad, este dolor se puede aliviar y la oscuridad se logra desvanecer con la luz de Cristo. No obstante, cada herida, cada comentario desagradable o cada situación difícil que dejas que te domine, va colocando una potencial mina en tu vida con muchas bombas.

Estas bombas pueden ocasionar un enorme daño en nuestros corazones, pueden destruir nuestras actitudes positivas, y desgarrar nuestras vidas; como también arruinar nuestras relaciones interpersonales, y nuestra relación con Dios.

Si estas bombas ya están colocadas en nuestra vida, podemos desactivarlas, y si ya explotaron, podemos revertir el daño ocasionado. Pero debemos estar dispuestas!

Estos son los cinco campos minados (actitudes) que pueden perjudicarnos y que mantienen nuestras heridas frescas y en carne viva:

Mina Antipersonal #1: La Comparación
Mina Antipersonal #2: La Queja
Mina Antipersonal #3: La Crítica
Mina Antipersonal #4: El Cinismo
Mina Antipersonal #5: La Compulsión

La presencia de minas antipersonales no implica una explosión momentánea, sin embargo debemos mantener los ojos bien abiertos, postergar malas actitudes en nuestras vidas nos puede llevar a un gran deterioro. Es necesario estar atentas  y llenarnos cada vez más de las verdades de Cristo, caminar de cerca con El de tal manera que nos parezcamos más a Él, que reflejemos su carácter.

Debemos cuidar nuestros corazones, Salomón pronunció esta advertencia: ¨Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida¨. (Proverbios 4:23) Esto incluye nuestras actitudes y pensamientos.

Te invito a leer y compartir con otras chicas esta Mini serie de Minas Interpersonales con las que tenemos que luchar muy a menudo, en el trayecto te iré contando la manera en que estas minas afectaron mi vida y como Dios me ayudo a salir de este campo minado.

Recuerda, en la próxima publicación tendremos la Mina #1: COMPARACIÓN.

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