Crea en mí un corazón puro, Oh Dios, y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Salmo 51:10
¿Cuantas de nosotras quisiéramos que Dios haga estas cosas en nuestra vida?
Hoy quiero hablarles acerca de la pureza del corazón, en esencia la pureza significa ser lo mismo por dentro y por fuera. Inalterable, completa y sólida. David le pide a Dios un corazón puro, un corazón inalterable, completo y sólido. ¿Cuántas De nosotras le hemos pedido esto a Dios? Cuanto más crecemos en la pureza del corazón, mas vemos a Dios.
Dios esta buscando chicas que en medio de esta generación tan manchada y arrugada sean puras de corazón. En Salmos 51:6 David dice: He aquí, Tu amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Tener un corazón puro significa tener verdad en nuestro ser interior, comienza con prestar atención a nuestros pensamientos, a nuestras palabras, a nuestras actitudes, a nuestros motivos, a los programas de televisión que hemos visto y vemos constantemente, en las novelas que nos hemos entretenido, en las revistas que han adornado nuestra habitación, sala o área de trabajo, en los sitios web que visitamos con frecuencia, debemos prestar atención a la música que escuchamos, a la conexión divertida con algún viejo amor y a nuestra manera de vestir y caminar.
El objetivo de Dios no es robarnos la diversión, sino colocarnos como recipientes limpios, puros y disponibles para sus bendiciones más satisfactorias. La pureza de corazón no es un rasgo natural; en la mayoría de nosotras, es algo a lo que debemos dedicar tiempo.
Dios nos ha creado para ser dependientes de Él, para que le traigamos los desafíos que enfrentamos; el ser impuras de corazón, las preocupaciones que nos quieren quitar el gozo, y pedirle que nos ayude con ello. Solo Él conoce lo que hay en nuestro corazón, y es un experto en remover todo aquello que no tiene valor y nos impiden crecer, para dejar las que son valiosas.
Hay un precio que debemos pagar para tener un corazón puro, por supuesto, hay una gran recompensa por tenerlo. Salmos 24:3-4ª nos dice: ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en su lugar santo? Sólo el de manos limpias y corazón puro. No debemos tener miedo de asumir la responsabilidad de permitir que Dios haga una profunda obra de purificación en nosotras. Así como cuando un minero encuentra un diamante en bruto, quizás sucio de tierra y sin brillo, aunque tiene un gran valor aún no se puede percibir porque esta sin brillo, entonces un joyero que conoce su valor lo lava, corta y pule para lograr una reluciente joya. Este es un trabajo duro, el mismo trabajo que realiza Dios en nosotras para purificarnos y dejarnos como lo que en verdad somos, valiosas joyas relucientes.
No siempre nos sentiremos cómodas con la verdad que Él nos muestra, si hacemos nuestra parte, afrontándola, aceptándola y dejándonos cambiar, Dios nos asegura que seremos bendecidas y nos convertiremos en chicas de corazones puros.
Procuremos no tolerar las influencias impuras en nosotras, por más justificables que parezcan.
Tomemos un momento para pedirle a Dios que cree en nosotras un corazón agradable a Él, y nos ayude a llevar una vida de pureza.
Te comparto esta canción para que medites en su letra mientras habla con Dios.
Nos encanta leerlas, comparte con nosotras como has estado creciendo en pureza.
Esta buenísimo este post,muchas bendiciones espero seguir leyendo mas de los que Dios ah puesto en ustedes.
Esta canción me encanta,bendiciones.
Me gustaMe gusta
Damos gloria a Dios por eso! Muchas gracias. Esperamos que todos sean de bendición a tu vida.
Me gustaMe gusta